“Somos archiveros porque nos preocupamos por el futuro”
Fuente: eldirariodejerez.es
El director del Archivo de Girona, Joan Boadas, dice que la norma es el acceso libre a estos espacios.
A. C., JEREZ | ACTUALIZADO 10.03.2015 – 09:04
Gracias a la fotografía, mirar una imagen de nuestra niñez nos permite reconocernos en alguien tiempo atrás. Hace dos siglos esto era casi imposible, recordarnos en otro cuerpo era complicado. El pasado estaba vacío. Por eso, gracias a los mal tildados como ‘carcamales’ o ‘ratones de biblioteca’, que son en realidad los garantes del futuro de la memoria, existen hoy archivos bibliográficos, fotográficos, sonoros, audiovisuales… Como el Archivo Municipal de Girona, que dirige Joan Boadas i Raset, quien ayer abrió las IV Jornadas de Archivos Privados organizadas por la Real Academia de San Dionisio, la Fundación González Byass y la Asociación Jerezana de Amigos del Archivo, que se desarrollarán hasta el viernes en la Sala Compañía. Una cita dedicada a las propuestas de gestión y conservación de los archivos fotográficos, que también ha protagonizado Ana Verdú Peral, directora del Archivo Municipal de Córdoba.
Boadas, que también es gerente de la Fundación Museo del Cine de Girona, con una de las mejores colecciones de precine del mundo -y poseedora de una cámara oscura-, hizo referencia a este respecto a la cámara oscura del Alcázar, de la que dijo que debe ser “una visita obligatoria para todos, ya que es el antecedente claro de lo que es la fotografía, que lo que hace es tomar esa imagen que ya era latente sobre la superficie y fijarla”. Boadas explicó en su charla cómo se representaba el mundo antes de llegar la fotografía, he hizo referencia a los pintores holandeses del siglo XVII, “que por primera ven abandonan los temas mitológicos y religiosos y se dedican a dibujar, pintar y recrear aquellos que está en su entorno más inmediato”.
“La fotografía es una parte más de esta cadena de lo que dice el fotógrafo búlgaro Tzvetan Todorov, de intentar atrapar el instante, fijar lo fugitivo, que es la gran ambición de la humanidad desde siempre. Uno de los grandes logros, que luego llega al cine”, apunta Boadas, que habló también de los distintos procedimientos fotográficos y de cómo en 40 ó 50 años “hay un desarrollo tecnológico extraordinario en este aspecto”. “La fotografía -recordó- tiene 176 años, es un patrimonio muy joven que cambió la manera de ver y mirar el mundo. Es muy importante gestionarlo y generar políticas públicas que lo permitan y ponerlo al alcance del conjunto de la ciudadanía, que es nuestro trabajo, sea el documento que sea. Nosotros somos archiveros porque nos interesa el futuro y trabajamos para ello. Estamos preocupados por el futuro de nuestro pasado, la conservación del patrimonio documental, y estamos enormemente preocupados también por el futuro de nuestro presente”. “Nuestro objetivo -añadió- es dejar suficientes claves interpretativas para que desde el futuro puedan comprender su pasado, que es nuestro presente. La norma es el acceso libre a los archivos”. Un hecho que deja a la gente, “bastante desconcertada -dijo- porque nos ven siempre como alguien con cara de pergamino, debajo de una bombilla o preocupados en la transcripción de documentos medievales. No es este nuestro objetivo”.
Boadas precisó además que la digitalización “nos ha permitido tener este patrimonio al alcance de todos”, y apuntó la necesidad de actuar “en local y pensar en global, ya que gestionamos un patrimonio como es la fotografía que es único y universal. Hay que desarrollar estrategias para que este material, que es exclusivo, traspase fronteras. Hay que creer que lo que tenemos en nuestras manos es importante”. Boadas hizo un llamamiento a los medios de comunicación para que garanticen la vida de sus archivos, “para poder entender desde el futuro el pasado”.
Boadas, que también es gerente de la Fundación Museo del Cine de Girona, con una de las mejores colecciones de precine del mundo -y poseedora de una cámara oscura-, hizo referencia a este respecto a la cámara oscura del Alcázar, de la que dijo que debe ser “una visita obligatoria para todos, ya que es el antecedente claro de lo que es la fotografía, que lo que hace es tomar esa imagen que ya era latente sobre la superficie y fijarla”. Boadas explicó en su charla cómo se representaba el mundo antes de llegar la fotografía, he hizo referencia a los pintores holandeses del siglo XVII, “que por primera ven abandonan los temas mitológicos y religiosos y se dedican a dibujar, pintar y recrear aquellos que está en su entorno más inmediato”.
“La fotografía es una parte más de esta cadena de lo que dice el fotógrafo búlgaro Tzvetan Todorov, de intentar atrapar el instante, fijar lo fugitivo, que es la gran ambición de la humanidad desde siempre. Uno de los grandes logros, que luego llega al cine”, apunta Boadas, que habló también de los distintos procedimientos fotográficos y de cómo en 40 ó 50 años “hay un desarrollo tecnológico extraordinario en este aspecto”. “La fotografía -recordó- tiene 176 años, es un patrimonio muy joven que cambió la manera de ver y mirar el mundo. Es muy importante gestionarlo y generar políticas públicas que lo permitan y ponerlo al alcance del conjunto de la ciudadanía, que es nuestro trabajo, sea el documento que sea. Nosotros somos archiveros porque nos interesa el futuro y trabajamos para ello. Estamos preocupados por el futuro de nuestro pasado, la conservación del patrimonio documental, y estamos enormemente preocupados también por el futuro de nuestro presente”. “Nuestro objetivo -añadió- es dejar suficientes claves interpretativas para que desde el futuro puedan comprender su pasado, que es nuestro presente. La norma es el acceso libre a los archivos”. Un hecho que deja a la gente, “bastante desconcertada -dijo- porque nos ven siempre como alguien con cara de pergamino, debajo de una bombilla o preocupados en la transcripción de documentos medievales. No es este nuestro objetivo”.
Boadas precisó además que la digitalización “nos ha permitido tener este patrimonio al alcance de todos”, y apuntó la necesidad de actuar “en local y pensar en global, ya que gestionamos un patrimonio como es la fotografía que es único y universal. Hay que desarrollar estrategias para que este material, que es exclusivo, traspase fronteras. Hay que creer que lo que tenemos en nuestras manos es importante”. Boadas hizo un llamamiento a los medios de comunicación para que garanticen la vida de sus archivos, “para poder entender desde el futuro el pasado”.