Sensual y dramática: la España de Julio Romero de Torres
Un enorme Archivo digital del pintor invita a descubrir cómo era nuestro país a principios del siglo XX.
Las mujeres más deseadas e importantes de la época hubieran “matado” en aquellos años por un retrato suyo. Pero además, expresó como nadie el alma de Córdoba y el acervo cultural de diferentes culturas que resume la esencia de esta ciudad eterna… Y aunque llevó su nombre por todos los rincones del mundo –en el primer tercio del siglo XX exponía en Ámsterdam, París, Berlín, Venecia, Roma, Lima, Buenos Aires, Chicago, San Luis…–, su figura, incluso en Córdoba, ha sido a veces empequeñecida.
“Si hay algo que no era Julio Romero de Torres fue precisamente un pintor reducido al estrecho perímetro de lo local”. ¿Quién era entonces este personaje tan emblemático y apasionante? Durante estos días, la ciudad de Córdoba celebra el 90 aniversario de la muerte del pintor. Y por primera vez, en estos casi 100 años, nos adentramos como a través de una ventana indiscreta, desde nuestras casas y en la comodidad de nuestro sofá, en un gigantesco Archivo y Fototeca de la época: casi 14.000 registros e imágenes digitalizadas del pintor o sobre la figura del pintor, cedidas por su familia.
Como a través de una mirilla nos adentramos en cómo era esa sociedad que lo adoraba, la estética, el lenguaje, los valores, su increíble modernidad… Una diversión suculenta para esas tardes en las que perder las horas, porque además, según explica Ana Verdú, la directora del Archivo Municipal de Córdoba “en aquella época no eras nadie si no tenías un retrato del pintor”.
Lo del Archivo ha sido un trabajo titánico, desarrollado gracias a la labor de un equipo de profesionales, entre quienes destacan las archiveras María del Mar Ibáñez e Inés Hens Pulido, pero también un trabajo apasionante que se completará cuando esté disponible para consultas la Hemeroteca. “La tendremos online el próximo año. Esta tiene más registros que el Archivo y la Fototeca juntos”, comenta Verdú.
© Hemeroteca Julio Romero de Torres. Ayuntamiento de Córdoba.
Sus deseados desnudos y un estudio en Madrid convertido en “una feria”
La proyección internacional y el interés de Romero de Torres en la época era tal “que toda la jet set pasaba por su estudio de Madrid” (él seguía manteniendo también su vínculo y su estudio en Córdoba, además de a su familia).
Pero por su frecuentado estudio de Madrid era un centro de tertulias y el lugar al que ir si eras alguien y estabas en la capital de España. Por allí pasaban desde Musidora, la musa de los surrealistas franceses para que la retratase hasta la bailarina rusa Margarite Goudon, quien posó desnuda para él. “Su desnudo en aquel cuadro que colgaba de su estudio de Madrid fue tan sonado que terminó convirtiendo su lugar de trabajo en una feria. La gente se agolpaba para ver a la famosa bailarina rusa desnuda pintada por Julio Romero de Torres”, explica Ana Verdú.
Como a través de una mirilla nos adentramos en cómo era esa sociedad que lo adoraba, la estética, el lenguaje, los valores, su increíble modernidad… Una diversión suculenta para esas tardes en las que perder las horas, porque además, según explica Ana Verdú, la directora del Archivo Municipal de Córdoba “en aquella época no eras nadie si no tenías un retrato del pintor”.