Retratos y papeles: Goya y los documentos

Retratos y papeles: Goya y los documentos

goyaA nadie se le escapa que Francisco de Goya dedicó gran parte de su trayectoria profesional a inmortalizar a hombres y mujeres en el tránsito de los siglos XVIII y XIX, llegando la retratística hispana, de esta manera,  a unas cotas muy altas de calidad plástica, sobresaliendo la capacidad del pintor aragonés para penetrar psicológicamente en cada uno de los personajes que pasaban a la historia a través de su paleta. Ya fuera un monarca, una duquesa, un marqués, un arquitecto o un cardenal, sus efigies van más allá de la mera reproducción mimética de los rasgos físicos, destacando por encima de todo la mirada, el gesto y la actitud como evidencias del carácter y forma de ser del retratado.
No vamos a ocuparnos de la gran capacidad pictórica de Goya, genial habilidad por todos conocida y admirada. Así, nuestra habitual “mirada documental” recorrerá su pintura, porque si hay un elemento que figure de manera constante en sus retratos ese no es otro que el documento. Una cuartilla, una partitura, un libro, un mapa, un plano… son elementos que forman parte del “atrezzo” y de la iconografía de un gran número de sus obras.
En este sentido, el pintor de Zaragoza se sirve de los documentos y papeles, al menos, de dos maneras diferentes:

  • En no pocas ocasiones una cuartilla o billete doblados portados por el retratado o depositados sobre un mueble o sobre el suelo sirve como lugar idóneo para disponer la firma del autor o el nombre del personaje representado. Evidentemente en esta solución esos papeles no pueden ser identificados con documentos en el sentido estricto de la palabra, pero sí contribuyen, con su capacidad evocadora, a que la documentación esté presente aunque de manera indefinida, llegando a ser vinculados, a pesar de esta imprecisión, a modo de símbolo, con la intelectualidad del personaje que se inmortaliza.
    Pérez de Estala (det.)- Museo del Prado (Madrid)

    Tomás Pérez de Estala (det.) – Museo del Prado (Madrid)

    Este es el caso de los retratos de José Queralto o deTomás Pérez de Estala (Museo del Prado, Madrid, 1800-1805), éste último portador de un rollo de papel que es aprovechado por el aragonés para estampar su firma. No obstante, es cierto que este recurso no es nuevo en el siglo XVIII ni original de Goya. De este modo, ya en el Seiscientos, el no menos genial  Diego Velázquez, entre otros, había hecho a sus retratados portadores de papeles con inscripciones. Así consta en el retrato de Felipe IV(“Silver Phillip”) conservado en la Nacional Gallery de Londres, o en la representación del papa Inocencio X exhibido en la Galería Doria Pamphilli, retratos ambos en los que Velázquez se sirvió de estos papeles para referir su autoría al mismo tiempo que dignificaba intelectualmente a los hombres plasmados cromáticamente en razón de esa relación que presenta el documento con la categoría de erudito.

  • Sin embargo, es mucho más interesante el empleo de documentos como medio a través del que ofrecer información acerca del personaje retratado, básicamente porque en estos casos el documento adquiere significado por sí mismo, en su sentido estricto y con su valor real, revelándose como uno de los protagonistas del lienzo.

    Comenzaremos este segmento de nuestro recorrido pictórico-documental a través de los documentos cartográficos que están presentes en la obra de Goya. Así, un mapa de Europa, además de otros planos distribuidos sobre la mesa de su gabinete de estudio, acompañan a la figura infantil de Luis María de Borbón y Vallabriga mientras se dispone a ubicar una geográfica pieza de puzzle. El mismo personaje sería retratado algunos años más tarde, al menos en dos ocasiones (Sao Paulo y El Prado), ya en calidad de cardenal, portando un libro en su mano, probablemente una Biblia o un misal, sirviéndose en esta ocasión del documento como medio para ambientar el oficio del retratado.

    Retrato de Ventura Rodríguez (det.) - Nationalmuseum (Estocolmo)

    Retrato de Ventura Rodríguez (det.) – Nationalmuseum (Estocolmo)

    Ahondando en esta última idea, es cierto que los documentos fueron utilizados por Goya como medio a través del cual ofrecernos información sobre la actividad profesional desarrollada por el personaje inmortalizado. De esta forma, Gaspar Melchor de Jovellanos (Museo del Prado, Madrid, 1798) fue pintado junto a una mesa de trabajo cubierta por documentos alusiva a su función como ministro de Gracia y Justicia; mientras que un plano arquitectónico –probablemente de la capilla de la Virgen del Pilar – sirve de ambientación profesional para el arquitecto Ventura Rodríguez. (Nationalmuseum, Estocolmo, 1784)

    También el plano adquiere un papel significativo en elretrato de José Moñino, conde de Floridablanca (Banco de España, Madrid, 1783) ya que, junto a este personaje el pintor introdujo varias delineaciones del Canal Imperial de Aragón, obra hidráulica realizada mientras ocupaba el puesto de Secreatrio de Estado. A este mismo aristócrata lo inmortalizaría Goya en otra ocasión (El Prado, Madrid, 1783), portando en este caso un pliego sobre el que puede leerse “Memoria para la formación del banco nacional de San Carlos”, empresa en la que también el conde desempeñó un papel protagonista. Por tanto, el documento identifica y dignifica al personaje representado.

    Pero no sólo el trabajo iba a ser el motivo documental. Las aficiones también estarán presentes en los retratos en forma de documentos. Entre éstas sobresale la música que tiene en la partitura su elemento idenfiticador. Así, portando papel pautado figuró Goya a José Álvarez de Toledo, marqués de Villafranca (Museo del Prado, 1795) , y a laduquesa de Abrantes (Museo del Prado, Madrid, 1816). Ambos eran aficionados a la música, llevando entre sus manos el primero una partirtura de Hydn, y la segunda la página indeterminada de una obra de música vocal.  Tal como sucedía con anterioridad la presencia de partituras en la pintura tampoco es una innovación de Goya, puesto que ya fueron introducidas en sus cuadros por autores como Vermeer, pintor en cuya obra la música desempeña un papel de primer orden (La clase de música interrumpida, 1660).

    Godoy

    Godoy en el campo de batalla (det.) – Academia de San Fenando (Madrid)

    Asimismo, como hemos tratado en alguna ocasión con anterioridad, el barroco pintor de Delft fue un maestro en la captación del carácter introspectivo que tiene la lectura de una carta. Pues bien, Francisco de Goya, un siglo más tarde, recurrirá al mismo recurso, retrando a diversos personajes leyendo misivas.  Los retratos de Manuel Godoy (Academia de San Fernando, Madrid, 1801) y deJuan Bautista de Muguiro (Museo del Prado, Madrid, 1827), entre otros, pueden ser un ejemplo de ello.

En fin, mapas, planos, cartas, partituras, libros… son tipos de documentos que podemos encontrar en cualquier archivo, pero también podemos descubrirlos en su vertiente más plástica gracias a la intervención de artistas de la talla de Francisco de Goya, Velázquez o Vermeer. Estos pintores, aunque hoy nos hayamos centrado en el aragonés, representan la realidad -o las sensaciones que ésta les proporciona-, por medio de los pigmentos y el dibujo. Cada una de las tipologías documentales referidas están irremediablemente presentes en esa realidad, adquiriendo todo su sentido plástico a través de la mirada pictórica. Hoy los documentos están en archivos o centros de documentación, pero en algún momento estuvieron completamente vivos entre las manos de sus protagonistas y así los captó Goya, antes de que ingresaran en un archivo público o que pasaran a formar parte de una colección pesonal

 

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