Situado en la calle Blanquería, 23
El patriarca de la familia Benlliure y propietario de la Casa Museo fue José Benlliure Gil nacido en Valencia (El Canyamelar) en 1855 y fallecido en esta casa en el año 1937, a los 82 años de edad.
El edificio, situado en la calle Blanquería, número 23, es propiedad del Ayuntamiento de Valencia desde 1958 por donación de la hija del pintor María Benlliure Ortiz heredera del mismo. La condición impuesta al ayuntamiento era que la casa tenía que servir de casa-museo de las obras de su padre José Benlliure Gil y de su hermano José Benlliure Ortiz (Peppino). La casa-museo fue inaugurada el 25 de junio de 1982 después de un largo y costoso periodo de reformas. La casa-museo acoge la colección de la familia Benlliure y recrea el ambiente de la casa donde vivió una de las sagas de aristas más importantes de la Valencia de finales del siglo XIX. Entre los personajes más relevantes de esta familia, tenemos al escultor Mariano Benlliure Gil, y a los pintores José Benlliure Ortiz (Peppino) y José Benlliure Gil, patriarca de la familia.
Recorrido
Se trata de una casa burguesa propia del momento; sala de visitas, despacho, gabinete de pinturas, comedor y dormitorio, en la que se ubican una gran diversidad de objetos, además de las propias obras de los pintores titulares de la casa. El museo está compuesto además por los estudios de José Benlliure y Pepino Benlliure y por un bello jardín propio de la época que desvela un carácter íntimo y particular.
En el año 1914 José Benlliure se instalaba en esta casa, un lugar que con el transcurso del tiempo y el paso de los años tendría que convertirse en un punto de referencia para el mundo del arte y de la cultura en Valencia, por su amplia colección y su influencia en el arte de la época.
En la casa museo podemos ver todo un conjunto de bienes muebles de la época, muebles, lámparas, alfombras y enseres domésticos de los que vivía rodeado, sus libros, piezas arqueológicas de su colección, así como la indumentaria que probablemente utilizó en alguno de sus cuadros.
Recorrido por la Casa Museo Benlliure de Valencia
La Casa Museo posee más de 150 obras de don José Benlliure Gil y otras 200 de su malogrado hijo, Peppino Benlliure, fallecido en 1916 a los 30 años de edad, discípulo suyo y de Sorolla. El museo cuenta también con obras de Joaquín Sorolla, Muñoz Degraín, los hermanos Blas, además de una selecta biblioteca, objetos de coleccionismo como cerámicas, abanicos o curiosas piezas de indumentaria de sus modelos y fotografías, además de algunos retablos góticos. Entre ellos destaca el retablo de autor anónimo elaborado hacia 1500 con tablas de la vida de la Virgen, también conocido como los siete gozos. Como dato anecdótico podemos decir que en el museo se conserva la pila bautismal donde fue bautizado ya que el propio interesado tuvo ocasión de comprarla con motivo de unas obras que se realizaron en la iglesia.
El santero de la cofradía
Entre las obras de Joaquín Sorolla, Gitana, El guitarrista, (labrador valenciano), El cacique huertano…una de ellas, El santero de la cofradía, fue robada y recuperada casi un año después.
La Policía Local de Valencia, en colaboración con agentes del Cuerpo Nacional de Policía, recuperó el día 21 de marzo de 2011 la tabla de Joaquín Sorolla ‘El santero de la cofradía’, que fue sustraída el 9 de abril del año anterior de la Casa Museo Benlliure de la ciudad, por una mujer ya procesada.
La pequeña tabla propiedad del Ayuntamiento de Valencia, una escena llena de luz iluminada por un portalón al fondo que escenifica a un santero sentado de perfil ante una mesa, fue pintada por Joaquín Sorolla en 1913 y regalada a su buen amigo José Benlliure con la entrañable dedicatoria ‘A mi amigo Pepino Benlliure’, en la parte inferior del cuadro.
El cuadro de Sorolla ha llegado a figurar entre las 12 obras de arte robadas más buscadas por la Brigada de Patrimonio Histórico, adscrita a la Comisaría General de Policía Judicial, junto a cuadros de Picasso, Matisse, Van Gogh y Cézanne. Algunas de estas obras fueron sustraídas hace más de 20 años, como las de Velázquez que desaparecieron en 1989 del Palacio Real de Madrid.
El edificio
La casa y el jardín se alzan en parte sobre el antiguo Huerto Grande del Convento del Carmen. Con la desamortización de Mendizábal de 1835 el huerto fue adquirido en 1845 por Aniceto Víctor Miranda. En 1880 era su propietario Juan Bautista Garelli quién encarga al maestro de obras Vicente Miquel y Viñuelas la construcción de un edificio o vivienda. Las obras finalizarían hacia 1883 dando como resultado un edificio de carácter ecléctico, compuesto por planta baja con vivienda, entresuelo, piso principal con balcón-mirador (hoy desaparecido), piso alto para arrendar y ático destinado al servicio doméstico. Se remata el edificio con un tejado adornado con cráteras de piedra. El edificio es una típica casa burguesa de clase acomodada y refleja una estratificación social en cada uno de los niveles.
El 22 de agosto de 1896 compra la casa José Benlliure Gil a su propietario de ese momento don Miguel Pardo Gómez, instalando en ella su domicilio familiar aunque él personalmente pasa largas temporadas en Roma.
Distribución
En la actualidad en su calidad de Casa Museo, la distribución interior de la casa se resuelve en la planta baja con los elementos propios de una vivienda burguesa, en el primer piso se exponen lienzos de José Benlliure Gil, en la segunda planta lienzos de Peppino Benlliure y la tercera planta bocetos y elementos relacionados con Mariano Benlliure.
El acceso al edificio conserva la amplia portadas que en su día permitió el paso de carruajes al zaguán; dividido en dos tramos, por el primero se accede a la escalera de mármol que conduce a las plantas superiores, mientras el segundo actúa de enlace entre las distintas dependencias de la planta baja: salita de visitas, despacho, comedor etc., habiéndose situado una reconstrucción del dormitorio en dependencias de esta misma planta. Así mismo se han situado diversos muebles y objetos decorativos de la época.
Jardín
Por la puerta situada al fondo del vestíbulo se accede al magnífico jardín situado entre la parte trasera de la vivienda y la antigua Escuela de Bellas Artes, en terreno ocupado antiguamente por el huerto del Convento del Carmen. Diseñado el jardín por el propio don José Benlliure que ordenó la plantación de laureles, cipreses, pinos, naranjos, limoneros, jazmines, mirtos, un tilo etc., distribuidos en parterres y glorietas, sigue las pautas de los jardines privados valencianos de finales del ochocientos.
Desde el jardín podemos contemplar la fachada trasera de la vivienda, está totalmente restaurada y su actual fisonomía no guarda relación con el original ya que en la actualidad se han abierto unas ventanas que originariamente no tenía. En el vano central podemos ver un busto en piedra de Peppino Benlliure realizado por José Capuz, cuyo original en bronce podemos encontrar en las Alameditas de los Serranos.
Estudio
Al fondo del jardín se alza el estudio de don José construido en 1902 por Vicente Alcayne Armengol y una recreación del estudio de Peppino Benlliure. El exterior del estudio está realizado con diversos elementos que recoge una cierta tradición gótica con una rara mezcla de elementos no siempre estéticamente correctos y definitorios. Así la puerta de entrada al estudio en forma de portada gótica, tiene como elementos originales de especial relevancia las arquivoltas de la arcada que proceden del desaparecido Convento de San Francisco.
Es este jardín, parte importante de la Casa Museo, ya que en él podemos encontrar gran número de paneles cerámicos que van desde el siglo XVI al XX, objetos en piedra recuperados de iglesias y conventos ya desaparecidos y que don José atesoraba con gran mimo y cuidado. Preside el jardín, en la parte posterior de una bancada realizada en cerámica, un busto en bronce de Juan Antonio Benlliure Tomás realizado por su hijo Mariano Benlliure en 1904. Junto al pequeño edificio que hace de estudio del pintor encontramos una cocina campera propia de la época.
Despacho
En esta estancia podemos encontrar el despacho de don José Benlliure donde reunió todo lo indispensable para poder atender sus asuntos. Gran parte del interés del lugar lo despierta el carácter testimonial que posee puesto que se ha intentado mantener, en la medida de los posible, tal y como lo dispuso don José.
El estado de conservación de los muebles es bueno a pesar del tiempo transcurrido, destacando por su presencia la falsa chimenea con repisa sobre la que se sitúa un gran espejo, la mesa de despacho con sillón frailuno tapizado en terciopelo, la vitrina repleta de libros que tratan sobre los más variados temas, y una caja fuerte en uno de los laterales. Todo ello piezas propias de un espacio como este, a las que se suman varios objetos decorativos como unos candelabros, la lámpara de petróleo de sobremesa, una escribanía, o un tintero con tapa.
Los numerosos diplomas expuestos en las paredes de este despacho son el testimonio y la prueba del gran prestigio alcanzado por don José Benlliure, dentro y fuera de nuestras fronteras. Entre ellos destaca la concesión de la Legión de Honor de la República Francesa.
Sala de retratos
En la distribución original de la vivienda este lugar era el gabinete destinado a la recepción de visitas, donde se reunía todo un rico y variopinto mobiliario al más puro gusto burgués de principios del siglo XX, en el que el carácter ecléctico constituía la nota predominante.
Entre las piezas más llamativas del conjunto se encuentran el espectacular diván florentino de roble tallado con dosel, el tresillo isabelino con butacas a juego tapizado todo ello en seda listada de tono claro, las sillas traídas desde Italia con la inscripción J.B. en el copete, o el grupo de sillas de curioso diseño en galería con asientos provistos de terciopelo verde; la consola vienesa sobre la cual se sitúa un espejo ovalado, así como la vitrina conteniendo abanicos de toda la familia.
La mayoría de estos objetos fueron adquiridos en Italia para decorar la vivienda de don José Benlliure y doña María Ortiz en la ciudad de Roma. Cuando regresaron a Valencia para quedarse aquí definitivamente, los trajeron con ellos.
El hecho de denominar esta estancia como sala de retratos viene dado por el contenido de sus obras, retratos todos ellos de miembros de la familia Benlliure.
FUENTE: José Belló Aliaga