En el Palacio Real de Madrid
Presentación de la exposición “De Caravaggio a Bernini. Obras Maestras del Seicento Italiano en las Colecciones Reales”
Del 7 de Junio al 16 de Octubre de 2016
Patrimonio Nacional y Fundación Banco Santander han presentado la Exposición “De Caravaggio a Bernini. Obras Maestras del Seicento Italiano en las Colecciones Reales”, instalada en las Salas de Exposiciones Temporales, del Palacio Real de Madrid.
En el acto de presentación celebrado en el Salón de Mayordomía del Palacio Real de Madrid, han participado Alfredo Pérez de Armiñán y de la Serna, Presidente de Patrimonio Nacional; Alicia Pastor Mor, Consejera Gerente; Borja Baselga Canthal, Director General de Fundación Banco Santander; José Luis Díez García, Director de las Colecciones Reales; y el Comisario de la Exposición, Gonzalo Redín.
La exposición
La exposición reúne un importante conjunto de pinturas y esculturas italianas del siglo XVII, -denominado “Seicento” en su país de origen- todas ellas pertenecientes al Patrimonio Nacional. Son setenta y dos obras de artistas como el propio Caravaggio, Guido Reni, Giovanni Francesco Barbieri, más conocido como Il Guercino, Lucas Jordán, Andrea Vaccaro, Federico Barocci, Ercole Procaccini Charles Le Brun, Ludovico Carracci, Carlo Maratti y José Ribera; también se podrán ver esculturas de Bernini, Algardi, Duquesnoy y Fisher von Erlach. Será además, una ocasión única para admirar “La Túnica de José” de Velázquez, realizada tras el primer viaje del pintor a Italia.
Cuatro grandes bloques
La excelente exposición se articula en cuatro grandes bloques: De Bolonia a Roma, Lujo Real, De Roma a Nápoles y El esplendor del barroco, grandes palas de altar en la Colección Real.
De Bolonia a Roma
En 1594 el boloñés Annibale Carracci llegaba a Roma, donde el estudio de la escultura antigua y la pintura de Rafael le permitió elaborar un nuevo lenguaje en el que las cosas se debían representar en toda su perfección, siguiendo una “Idea della belleza”, y no con sus posibles imperfecciones, tal y como hacía Caravaggio.
A la ciudad acudieron artistas de toda Italia, como Reni o Guercino, desde Bolonia, pero también desde Francia, como Le Brun, o desde España, como Velázquez. La muestra incluye señaladas obras de todos ellos, entre las que destaca “La túnica de José” del español.
La sala 3 evoca los camarines que, en el Alcázar de Madrid o en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, guardaban obras de arte particularmente suntuosas, y ofrece al visitante la oportunidad de contemplar piezas exquisitas en bronce dorado y plata, y delicadas obras de devoción procedentes de los monasterios reales.
Caravaggio: Salomé con la cabeza del Bautista
Una de las obras maestras indiscutibles de las Colecciones Reales es el espléndido lienzo Salomé con la cabeza del Bautista de Caravaggio. El episodio bíblico es para el artista una historia presente, figurada mediante una revolucionaria representación directa del natural con toda la verosimilitud que requiere su asunto. Para ello utiliza un fuerte claroscuro que recalca la presencia física de las figuras en medio de la oscuridad: de esta manera lo narrado es un drama vivo y creíble. El naturalismo revolucionario de Caravaggio transmite el realizado en detalles como el reflejo de la luz sobre la hoja del cuchillo.
Frente a este cuadro se contrapone en la misma sala el lienzo de la milanesa Fede Galizia, única artista femenina de la Muestra, que destaca por la representación realista y en detalle de los objetos.
De Roma a Nápoles. De Nápoles a España
Las breves estancias de Caravaggio en Nápoles marcaron de manera indeleble el curso de la pintura napolitana, la más representada en las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, lógica consecuencia de los dos siglos de gobierno español sobre el territorio.
La escuela estuvo dominada durante la primera mitad de siglo por José de Ribera, español pero formado en Italia, del que se exhiben algunas obras capitales contrapuestas a lienzos de Luca Giordano, cuya versatilidad le permite pintar a la manera riberesca y al mismo tiempo constituirse en uno de los principales intérpretes del barroco ilusionista, muy del gusto de la corte de Carlos II.
El Cristo crucificado de Bernini
El excepcional Cristo crucificado de Bernini, única estatua del maestro encargada para fuera de Italia que llegó a su destino, fue realizado a instancias de Felipe IV para presidir el Panteón de los Reyes en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Esplendor barroco. Grandes palas de altar en Patrimonio Nacional
La exposición culmina de manera espectacular con una docena de pinturas de gran tamaño que abarcan todo el arco de la pintura del “Seicento”. Desde La Vocación de san Andrés y san Pedro de Federico Barocci, pionero del barroco, hasta la sorprendente Conversión de Saulo de Guido Reni.