Pero…¡qué fáciles son las carreras de letras y humanidades!

 

 

Fernando Betancor Pérez

Archivero

Pero.. ¡qué fáciles son las carreras de letras y Humanidades!

– Y tu ¿qué has estudiado?
– Geografía e Historia y Documentación
– ¡Ah bueno! Esas son carreras de letras… ¡entonces serán fáciles! ¡eso no tiene mérito! Yo es que he estudiado ingeniería y por eso he tardado siete años en terminar. Es que claro, es más difícil que lo tuyo.
– ¿?

Hace pocos días el ensayista José Luis Pardo reflexiona en El País de una manera crítica sobre la supuesta escasa dificultad que entrañaba estudiar en la universidad una disciplina inserta en el ámbito de las Humanidades.
humanidades2Que se haya creado la leyenda urbana de que estudiar una carrera de letras o Humanidades es una tarea fácil y que está al alcance de cualquiera es algo a lo que ya estoy acostumbrado. Llevo oyendo este tipo de cosas desde mis años de instituto donde parecía más prestigioso escoger la rama de ciencias que la de letras. Que se identifique la ciencia únicamente con manuales atiborrados de números y fórmulas que remiten a las matemáticas, la física, la química, la medicina, etc., es otra de las cosas a las que también me he acostumbrado. Sin embargo, a lo que no estoy tan habituado es a que, desde un ministerio de cultura, se menosprecie de forma directa un ámbito del saber que, entre otras cosas, forma parte de sus competencias y que, por tanto, ha de estar entre sus prioridades, su defensa y, ante todo, su desarrollo, prestigio y, en definitiva, su engrandecimiento.
Quizás sea que yo soy subjetivo y muy susceptible y que, como he estudiado dos licenciaturas “fáciles” –Geografía e Historia y Documentación-, me siento demasiado identificado con las Humanidades y las Ciencias Sociales y, por tanto, me afecte de lleno ese desprecio –casi burla- de que han sido objeto desde estamentos tan oficiales y tan “cultos”. Es, no obstante, una dinámica que no es nueva. Es un desaire que ya estaba vigente desde hace años si tomamos como indicador la política de becas. Porque los estudiantes universitarios de “ciencias” han de superar un número de créditos sensiblemente menor que los de “humanidades” para optar a la prórroga y concesión de sus respectivas becas. La razón de este trato diferenciado parecen tenerla muy clara: las carreras de ciencias son más “complejas” y difíciles que las de Humanidades y Ciencias Sociales. Mientras se siga pensando que se suspende más -y se puede suspender más- en las carreras de ciencias porque son más difíciles, sin atacar otras posibles causas, no se estará contribuyendo a la mejora del sistema.
Y yo me pregunto ¿a un estudiante de ingeniería, física, química o matemáticas le resultaría tan “fácil” aplicar las reglas de catalogación o la ISAD(g), clasificar un documento de archivo, hacer un resumen documental, confeccionar un tesauro, aplicar la clasificación CDU o generar un registro en formato MARC? Me temo que probablemente los “científicos” no habrán oído hablar de ninguna de estas herramientas de trabajo, aunque sin duda en muchas ocasiones usen alguno de los productos informacionales generados a partir de su aplicación y, lo que es más probable, aunque les faciliten su sesudo trabajo científico, paradójicamente actuarán sin valorarlos y sin reparar en que detrás de esas herramientas que tanto les ayudan y agilizan su trabajo hay profesionales, muchas horas de trabajo y una actividad que dista mucho de ser “facilona”.
En un mundo tan especializado como el nuestro, en el que es cada vez más habitual conocer y perfeccionarse en un campo o sección específico, con toda probabilidad la dificultad o facilidad de una disciplina es una cuestión de aptitud personal. Para mí sería complicado desarrollar un teorema o una formulación. Sin embargo, no me sería más complicado que lo que para un matemático o físico podría resultar realizar un resumen documental, una descripción bibliográfica o archivística o simplemente, en ocasiones, redactar un buen texto ¿Es por ello una disciplina más fácil que la otra? Probablemente sean las aptitudes de cada uno las que las hace más o menos compleja. Ser de “ciencias” o de “letras” no implica ser más o menos inteligente; implica tener mayor o menor facilidad y gusto por una determinada materia; implica que la inteligencia se emplea en cada caso para estudiar vertientes diferentes y complementarias de una misma realidad cuyo análisis quedaría incompleto sin la presencia de ambas visiones.
Mientras las Humanidades y las ciencias sociales sean necesarias para la comprensión de la realidad; mientras generen un conocimiento que es utilizado incluso por los “vecinos de ciencias”; mientras estas ramas del saber se traduzcan en dignas actividades profesionales en ocasiones de mayor penetración social que muchas disciplinas de ciencias, merecerán el mismo trato y el mismo reconocimiento que cualquier otra disciplina,  y sus profesionales idéntico respeto y valoración que cualquier experto científico.

 

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