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En la Sala de la Fama del Museo de la Seda se representa la escena costumbrista de la compra y venta de la seda en la Lonja de Valencia basada en el cuadro ‘La venta de la seda en la Lonja de Valencia’, del pintor Bernardo Ferrándiz y Badenes, fechado en 1875. Esta sala constituye un microcosmos compuesto por la parte celestial, en el techo, un fresco de San Jerónimo, y en la parte terrenal del suelo, el pavimento que es una auténtica joya de la cerámica valenciana
Recorrido por el Museo y Colegio del Arte Mayor de la Seda de Valencia
El archivo gremial más antiguo y amplio de Europa
El Colegio del Arte Mayor de la Seda es uno de los edificios más destacados de la arquitectura y la cultura valenciana, situado en una zona muy especial del casco histórico del centro de la ciudad de Valencia, el barrio de Velluters.
La edificación data del siglo XV, es de base gótica y contiene una importantísima riqueza patrimonial en su interior en forma de frescos, murales y mosaicos, especialmente en este último caso, el suelo de la Fama. Con su rehabilitación, impulsada por la Fundación Hortensia Herrero, se ha recuperado un trozo de la historia material e inmaterial de la ciudad, ya que el gremio de los sederos fue referente en el resto del mundo y uno de los motores de la economía valenciana. El archivo del Colegio del Arte Mayor de la Seda es el más importante de Europa y conserva un gran número de ejemplares desde su inicio hasta la actualidad en forma de pergaminos, libros y cajas de archivo.
Museo de la Seda
En 2014 la Fundación Hortensia Herrero, como decimos, se hizo cargo de la financiación del proyecto para recuperar el edificio del Colegio, y convertirlo así en museo.
El 17 de junio de 2016 abrió sus puertas el Museo de la Seda de Valencia que descubre a sus visitantes la historia y la importancia de la seda en la ciudad de Valencia, con el Colegio, sede del antiguo gremio, y con el barrio de Velluters como protagonistas.
Además de la estructura se recuperó todo el patrimonio artístico en forma de estucos, pavimentos cerámicos barrocos, pinturas murales y una escalera de caracol gótica. Se recuperó también el antiguo huerto, reconvertido en un agradable patio que comparte el museo con un restaurante, y se amplió la tienda que aún mantiene la venta de productos tejidos con seda natural. Además se puede contemplar un telar artesanal, con demostraciones in situ de cómo se teje el espolín (tela de seda con flores esparcidas, como las del brocado de oro o de seda).
Historia
El Colegio del Arte Mayor de la Seda tiene su origen en el siglo XV, ante la necesidad de unificar los criterios para la producción de la seda en Valencia dados los conflictos que se originaban por la falta de calidad de algunos productores. Es así como nació el “Gremi de Velluters” (tejedores de terciopelo), que aprobó el 16 de febrero de 1479 las primeras ordenanzas del gremio. Unas ordenanzas que fueron ratificadas oficialmente por el rey Fernando el Católico el 13 de octubre de 1479. El Gremio fue elevado a Colegio del Arte Mayor de la Seda por medio del título que les otorgó el rey Carlos II en 1686.
La sede del Gremio se instaló en el barrio al que dio nombre, el de “Velluters”, debido a la alta concentración de telares que se daba en este barrio, que llegó a tener en 1767 cerca de cinco mil telares que daban trabajo a casi la mitad de la población de Valencia. La parcela del edificio actual fue adquirida en 1494, pero el edificio (que fue declarado monumento histórico-artístico nacional en 1981) sufrió diversas transformaciones arquitectónicas a lo largo de su historia, por lo que muestra un estilo principalmente barroco.
El salón de la Fama
Es la estancia principal del colegio y el lugar donde se reunían los máximos dirigentes de la institución. Esta sala constituye un microcosmos compuesto por la parte celestial, con un fresco en el techo de San Jerónimo, patrón del gremio, realizado por José Vergara, y por la parte terrenal del suelo, con una auténtica joya de la cerámica valenciana compuesta por un pavimento que representa los cuatro continentes conocidos en esa época (ambas obras realizadas en 1757). Este impresionante suelo pretende destacar la fama (representada por una mujer) de la seda valenciana en todo el mundo.
El autor del pavimento, Vicente Navarro, se inspiró en la fuente de Bernini de la Piazza Navona de Roma, en la que los continentes se representan a través de sus ríos principales (Danubio, Nilo, Ganges y Río de la Plata). Navarro representa los continentes por medio de una mujer sobre un carro que en cada continente está tirado por animales propios de la región, como son los caballos para Europa, los elefantes para Asia, los leones para África y una especie de lagartos o caimanes para América. Dado el deterioro que había experimentado este pavimento, ha sido necesario desmontar todas sus piezas, restaurarlas y volverlas a instalar. Para ello, se han utilizado los últimos avances tecnológicos disponibles en este campo.
La capilla
Decorada con pavimento de azulejo blanco y verde en diagonal que crea un espectacular efecto óptico. Está comunicada con una escalera de caracol gótica, que permaneció durante siglos oculta tras una pared, y que presenta ciertas similitudes con las realizadas por Pere Comte en edificios como la Lonja.
El archivo histórico
Compuesto por innumerables documentos que se han ido guardando a lo largo de cinco siglos y que guardan la historia del gremio y de sus ordenanzas, los libros de actas, los libros de maestros, oficiales y aprendices, los libros de administración e inspección de fábricas y comercios… No hay que olvidar que el Colegio, en su labor de inspección, podía llegar a decomisar y quemar telas que no se ajustaran a las ordenanzas.
El archivo del Colegio del Arte mayor de la Seda de Valencia es una de las piezas fundamentales para poder estudiar la evolución de la economía valenciana, al menos desde el siglo XV hasta finales del XX. Su condición de institución corporativa y delimitada en el territorio ha aportado muchísima información al conjunto de los investigadores de diversas disciplinas, pero especialmente aquellas que estudian los procesos protoindustriales, las instituciones gremiales y las producciones de sericultura de la tierra valenciana. Pero, sobre todo, para entender los procesos comerciales y sociales en la Valencia del siglo XV y todas las relaciones con las rutas y tratados comerciales de la época.
El del Colegio del Arte Mayor de la Seda es el archivo gremial más importante de Europa. Consta de 48 pergaminos, 660 libros y 97 cajas de archivo con diferentes legajos desde los inicios del propio Colegio. Casi todos los documentos hacen referencia al Gremio de Velluters, aunque también se conserva alguna documentación de otros gremios.
En la biblioteca encontramos autores y obras como las del marqués de Cruïlles, que hace referencia especial al gremio y su trabajo de 1871; las lecciones del profesor Eduardo Pérez Pujol, quien explicaba desde su cátedra, en 1886, el pasado de las corporaciones gremiales valencianas como solución a los problemas entre el capital y el trabajador mediante la unión voluntaria de todos los factores de la industria; los trabajos del historiador Almela i Vives, quien consideraba que los amantes de la ciudad nunca estarán suficientemente agradecidos a los que supieron preservar el edificio del Colegio del Arte Mayor de la Seda durante los tiempos adversos porque representa una de las artes más brillantes y valiosas del genio valenciano.
La historia económica valenciana no puede entenderse sin las aportaciones documentales de este archivo. En este caso, la documentación es importante no sólo por el valor de la información que se puede encontrar en él, sino por la continuidad documental de la misma.
La ruta de la seda
La Ruta de la Seda, acuñada por el geógrafo alemán Ferdinand von Richthofen en 1877, más que un itinerario concreto, es un trayecto extendido por Asia y desarrollado a partir de intercambios comerciales con productos como pieles, alfombras y especialmente seda. Su origen está en el negocio de la seda china desde el siglo I a.C. El general Zhang Qian constata que los Xiong-nu, pueblo nómada con el que los chinos mantenían una tensa relación, comercializaban el excedente de seda china y que se enriquecían con su venta. La seda poco a poco fue incrementando su cotización e incluso se llegó a utilizar como moneda. El monopolio chino respecto a la fabricación de seda duró varios centenares de años.
No fue hasta los siglos VI-VII cuando, según la leyenda, dos monjes irrumpieron en la corte del emperador bizantino Justiniano con huevos de seda escondidos. El secreto quedaba desenmascarado y ya era sólo cuestión de tiempo que se desarrollara una industria paralela. Poco a poco la ruta se extendió por Asia conectando a China con Mongolia, Persia, Arabia, Siria, Turquía y norte de África, llegando a Europa. Fueron los árabes los que dieron a conocer la sericultura (la cría del gusano de seda) por el Mediterráneo, llegando a la península Ibérica en el siglo IX a través de Córdoba y Granada, para luego llegar a Toledo y Valencia.
En pleno apogeo de la sericultura, el cultivo de la morera en Valencia fue imparable en la primera parte del siglo XVIII. La producción de materia prima y tejidos provocó que, en 1780, la mitad de la población trabajara directa o indirectamente en la seda.
Con el paso del tiempo, el declive de la industria valenciana de la seda fue en aumento, a lo que contribuyó entre otras cosas una fuerte epidemia de pebrina que atacaba a los gusanos de seda y la apertura del Canal de Suez, que facilitaba el contacto comercial entre Europa y Asia.
Exposición “Los mercaderes de la seda en la Lonja de Valencia”
El Museo de la Seda recrea en la actualidad una imagen única del comercio de la seda en la Lonja de Valencia, en exposición temporal.
En esta ocasión se hace un recorrido que parte del propio oficio de ‘velluters’, situado en el siglo XV, y que sirve como hilo conductor con la seda como protagonista, acabando en la Lonja de la Seda, donde se exhibían las mercaderías para su compra o venta.
El Colegio del Arte Mayor de la Seda ha preparado esta exposición atendiendo al esfuerzo que ha supuesto sumar a los fondos de que se disponía, las adquisiciones y donaciones de estos últimos años. Es importante destacar que es la primera vez que verán la luz algunos de estos fondos que están en el Colegio.
Dos partes
Esta exposición se plantea en dos partes: el tejido en sí y escenas costumbristas que ponen de manifiesto el uso del mismo, destacando la diversidad tanto de tejidos como de indumentaria civil y religiosa, el colorido y la moda.
De las recreaciones mostradas, en la Sala de la Fama del Museo de la Seda está la escena costumbrista de la compra y venta de la seda en la Lonja de Valencia basada en el cuadro ‘La venta de la seda en la Lonja de Valencia’, del pintor Bernardo Ferrándiz y Badenes, fechado en 1875 y cedido para esta exposición por la “Colección Familia Segrelles Llabata”.
Por otra parte, en la capilla se representa un bautizo, con el que se pretende exhibir la indumentaria valenciana civil y religiosa, así como mostrar las adquisiciones y donaciones.
Terciopelos valencianos
La colección de terciopelos valencianos de los fondos del Colegio del Arte Mayor también es una parte muy destacada dentro de la exposición por su gran valor histórico. Aunque el espolín esté considerado como el rey de los tejidos dentro de la seda, fueron también estos terciopelos los que hicieron famosa la seda valenciana en todo el mundo por la dificultad en su tejeduría.
FUENTE: JOSÉ BELLÓ