Si bien el aprendizaje memorístico puede haber servido para satisfacer las necesidades de una economía impulsada por “Hecho en China”, un cambio en la agenda hacia “Diseñado o creado en China” requiere ahora un tipo diferente de enseñanza y aprendizaje para fomentar el pensamiento creativo y de diseño.
En enero de 2015, el Gobierno de China publicó una nueva política nacional denominada “zhongchuang kongjian (“mass makerspace” o “makerspaces for the people”). La nueva política se anunció sólo semanas después de que el primer ministro chino Li Keqiang visitara un espacio comunitario de base en Shenzhen: Chaihuo, uno de los primeros makerspaces de China (o espacios de hackers, como suelen llamarse) que había reunido a aficionados, empresarios, artistas, diseñadores y fabricantes en torno al tema del hardware de código abierto. La visión subyacente de la política -tal como se articuló en numerosos discursos y textos del Gobierno- era que un enfoque de “fabricante” estaba en condiciones ideales para ayudar a China a cultivar una actitud de “fabricación propia” y “autoempresariado”, lo que a su vez ayudaría a democratizar la innovación, la tecnología y los avances científicos más allá de un conjunto de pocos privilegiados. En otras palabras, la “masa” en el espacio de los fabricantes de masas representa el objetivo de cultivar una mentalidad empresarial y movilizar a muchas -si no masas- de personas en China para que pongan en marcha sus propias empresas. En un discurso pronunciado en el Foro de Innovación de Pujiang de Shanghai en 2015, el Ministro de Ciencia y Tecnología de China, Wan Gang, lo describió de la siguiente manera:
“Esto es parte de la nueva normalidad; necesitamos transferir mejor la investigación académica a los productos comerciales; la ciencia debe estar al servicio de nuestra economía… el código abierto y el hardware abierto pueden ayudar a realizar esta estrategia de innovación. Fomentamos el crowdsourcing y el emprendimiento masivo en la sociedad para que los recursos estén mejor distribuidos… Es la oportunidad de la mayoría, más que el privilegio de unos pocos, de realizar un sueño de toda la vida”.
Wan Gan. Ministro de Ciencia y Tecnología de China
El término chino para designar al fabricante, “chuangke”: que figura de manera central en los documentos de política nacional actuales, no existía hasta hace muy poco. Y no fue un invento del gobierno chino. Más bien, el término fue acuñado por los propios makers chinos, un colectivo de personas que habían estado trabajando en temas de bricolaje (hágalo usted mismo) y que crearon los primeros espacios para hackers y empresas de hardware de código abierto de China a partir de 2008.
Desde la iniciativa de creación del programa “mass makerspace” (espacio de fabricación en masa), se han puesto a disposición de los gobiernos locales fondos para crear espacios de fabricacion, incubadoras y laboratorios de fabricación. Escuelas medias y secundarias, universidades, pero también empresas y fábricas han abierto estos nuevos espacios. El objetivo no es sólo formar a la próxima generación de empresarios de China, sino también mejorar las empresas tradicionales de fabricación y producción industrial mediante la tecnología digital, el pensamiento innovador y la automatización.
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FUENTE: JULIO ALONSO ARÉVALO