La recuperación de la memoria (IX): dialogando con Elisa Díaz González, restauradora de documento gráfico

La recuperación de la memoria (IX): dialogando con Elisa Díaz González, restauradora de documento gráfico

Contamos en esta sección con la participación de la restauradora de documento gráficoElisa Díaz González, profesional canaria que, a pesar de desarrollar parte de su carrera fuera del Archipiélago, nunca ha olvidado su “patria chica” contribuyendo al mejor conocimiento y conservación de nuestro patrimonio documental. Su experiencia como restauradora y docente universitaria nos servirá de guía en nuestra conversación.

Elisa Díaz es licenciada en Bellas Artes, especializada en restauración de pintura por la Universidad de Granada (1996) y Diplomada en restauración de Documentos Gráficos por la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Cataluña (2003)

Trabajando en el proyecto de investigación Salvador Dalí (2007)

Trabajando en el proyecto de investigación sobre la obra gráfica conservada en la Fundación Gala-Salvador Dalí.

Desde 2002 es investigadora del proyecto Estudi, documentació i caracterització físico-química dels materials i tècniques d’una part del fons d’obra gràfica de la Fundació Gala-Salvador Dalí. Desde 2008 es profesora en el Grado de Conservación-Restauración de la Universidad de Barcelona, impartiendo asignaturas de la especialidad de documento gráfico, y tutora en el Máster en Dirección de Proyectos de Conservación y Restauración: Colecciones y Conjuntos Patrimoniales (Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, 2010- 12). Como miembro del grupo consolidado de investigación de la Sección de Conservación-Restauración de la Universidad de Barcelona, participa en la investigación The Powdered Cellulose Project (PCP), que explora el uso de las fibras de celulosa en diferentes tratamientos de obras sobre papel.

Fibras de papel coreano Hanji. Elisa Díaz forma parte de The Group 130º Paper Conservator.

Fibras de papel coreano Hanji. Elisa Díaz forma parte de The Group 130º Paper Conservator.

Desde 2014 forma parte de un grupo internacional de investigación, The Group 130º Paper Conservator, acerca del estudio del papel coreano Hanji. En Canarias, ha trabajado para instituciones como Cabildo de Tenerife, Gobierno de Canarias, Museo Histórico Militar de Canarias, Capitanía General de Canarias, Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife y Sala Conca, entre otros.
En la actualidad está finalizando su tesis doctoral.

Comenzamos nuestra charla…

¿Cuándo decidiste que la restauración de obra gráfica sería tu profesión? ¿Vocación o descubrimiento?

Descubrimiento. Curiosamente, dos asignaturas optativas marcaron mi profesión como restauradora de documentos. Yo iba a realizar una carrera combinada de derecho y empresariales. Sin embargo, no estaba del todo convencida y supongo que bastante desorientada, como muchos otros cuando acaban la selectividad. Fue mi madre la que me incitó a probar la carrera de Bellas Artes. Mi primer contacto con el mundo de la restauración fue una asignatura optativa sobre restauración de pintura, en la Universidad de La Laguna. En aquella época, sólo te podías especializar en contadas universidades peninsulares. Muchos elegimos la Universidad de Granada para trasladar el expediente, lo que me permitió acabar la carrera con la especialidad de Restauración de Pintura. Fue aquí donde conocí el mundo del papel y libros, también en forma de asignatura optativa. Decidí, entonces, irme a Barcelona a continuar los estudios de doctorado en la Universidad de Barcelona y a especializarme en documento gráfico en la Escola Superior de Conservació i Restauració de Béns Culturals de Catalunya (Barcelona).

Mi percepción, por lo menos en el ámbito geográfico canario, es que en general hay muy pocos restauradores de documento gráfico ¿Crees que es así? ¿A qué puede deberse?

Creo que hay más restauradores de lo que la gente se cree. Cada año salen sólo de la Universidad de Barcelona alrededor de 45 graduados en Conservación y Restauración, cuyo expediente académico les capacita para ejercer como restauradores de documentos y otras especialidades. De hecho, yo he tenido varios alumnos canarios, sobre todo de Tenerife y La Palma. Supongo que la percepción de que estamos en minoría se debe al desconocimiento de la gente por esta profesión y especialización que se puede dar tanto en las escuelas como en la Universidad. Por otro lado, puede deberse al posicionamiento de restauradores en el mercado laboral que no deja paso a las nuevas generaciones y a la contratación de personal no cualificado ni titulado por parte de las empresas que ganan los concursos públicos administrativos, en los cuales no hay ningún tipo de requisito para ejercer este tipo de trabajo experto.

Eres profesora en la Universidad de Barcelona ¿Existe interés por parte de los alumnos hacia la restauración de obra gráfica o queda en segundo plano en relación a la pintura y escultura?

Esta especialidad siempre ha estado eclipsada por otras. La fragilidad del soporte suele dar más respeto a la hora de intervenir y los tipos de tratamiento que se aplican no sondocentetan espectaculares visualmente y por eso, resulta más difícil llegar a la mayoría de los estudiantes. Sin embargo, de mi experiencia como docente, puedo decir que desde hace cierto tiempo noto más curiosidad en mis alumnos por la restauración de documentos gráficos. Creo que varios factores han tenido la culpa: los estudiantes ven un importante nicho de empleo, los tratamientos suelen ser menos tóxicos y ecológicos que en otras especialidades, los importantes avances en los tratamientos que se están llevando a cabo en los últimos tiempos y la influencia oriental de los mismos y el atractivo de campos como la restauración de libros y sobre todo de fotografía.

¿Se invierte –y se ha invertido en el pasado- lo suficiente en restauración de documentos? ¿se ha visto afectada la actividad de los restauradores por los recortes en materia cultural?

En general, nunca se invierte lo suficiente en cuestiones de cultura y patrimonio. En concreto en Canarias, la restauración y conservación de documentos siempre ha sido lainversiónhermanita pobre en las inversiones para el patrimonio cultural. Por un lado, los concursos públicos para proyectos de restauración, raramente (por no decir nunca) han tenido en cuenta el patrimonio documental o bibliográfico. Por otro lado, en las instituciones públicas y privadas que custodian este tipo de patrimonio las partidas destinadas a conservación y restauración son ridículas, si las hay. La paradoja de esta situación es que si los recortes se han notado mucho en otras profesiones, entre los restauradores de documentos se ha notado mucho menos porque tanto en época de vacas gordas como de vacas flacas las inversiones han sido casi nulas.

En relación con el escaso interés de las instituciones en el patrimonio documental, creemos interesante traer a colación uno de tus trabajos más recientes que ha sido publicado en el último número de la revistaCartas Diferentes. En él que se presenta el proceso de restauración de protocolos de la antigua escribanía de Vilaflor (Tenerife), actuación realizada a partir del convenio firmado entre el Ayuntamiento de Arona y el Gobierno de Canarias ¿podría ser la firma de convenios de este tipo una solución al problema que comentas? ¿debe contemplarse esta actuación como un caso aislado?
Protocolo notarial (Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife)

Protocolo notarial. Estado de conservación antes de la intervención (Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife)

Yo creo que no es la solución definitiva; es más bien un parche. La solución real sería crear puestos de trabajo estables para nuestra profesión a través de plazas en las instituciones públicas o privadas que custodian patrimonio documental y bibliográfico.
A falta de esto, es un comienzo poder optar por este tipo de convenios, ya que el patrimonio documental nunca ha estado incluido en las partidas de conservación-restauración de las Administraciones Públicas, por lo menos desde 1996, año en que comencé a presentarme a concursos públicos.

En el ámbito de la restauración de documentos y obra gráfica ¿cuál es el mayor reto al que te has enfrentado?

Creo que cada obra plantea retos diferentes. Dentro del campo de la restauración de documentos, la tendencia es tratarlos como si se tratara de una misma casuística. El mayor reto para mí siempre ha sido explicar la variabilidad de obras a las que nos enfrentamos y la adecuación de tratamientos adaptados al estado de conservación y a los criterios de intervención, recalcando la integridad y valor de cada documento.

Agua, fuego, xilófagos, tintas, acción antrópica… ¿Qué agente crees que es más nocivo para el documento?

Sin duda, la acción del hombre, ya sea por desconocimiento o por atrevimiento. Ambos son peligrosos desde el punto de vista de la conservación del patrimonio. Con el conocimiento llegan las preguntas, y éstas derivan al respeto por la obra que tienes entre las manos.

En los estudios de Documentación se insiste muy poco en la conservación del material documental. De hecho, no hay demasiadas materias alusivas al tema en muchos de los grados ofertados, y los archiveros tenemos que acceder a esta formación a través de cursos de especialización, ¿Crees que los archiveros y bibliotecarios deberían tener más formación reglada en este campo?

Sí, es una equivocación que dos profesiones que se tocan tanto no estén contempladasarc restaunque sea como asignatura complementaria en los estudios reglados. El desconocimiento de las labores que implican cada especialidad pone en riesgo la conservación de estos bienes documentales y puede implicar riesgo de intrusismo profesional en ambos casos.

En los últimos tiempos se ha discutido mucho en blogs y redes sociales sobre el empleo de guantes en la manipulación de los documentos, ¿Cuál es tu opinión sobre el empleo de guantes de algodón?

Es verdad, se habla mucho de este tema que para mí no tiene tanta relevancia. Personalmente, no uso guantes cuando estoy restaurando, salvo en excepciones que impliquen un riesgo para mi salud como profesional, o un estado delicado del documento. Creo que todos los restauradores somos conscientes de cómo manipulamos los documentos y de tener siempre las manos limpias de cualquier sustancia que pueda ser contagiada al documento. En el caso de los usuarios o de la manipulación por parte del personal de archivo o biblioteca, es más difícil controlarlo. No es importante sólo el uso sino la educación en cuanto a manipulación y riesgos. Con la educación creas un protocolo o guía que los usuarios acabarán aceptando así como ya no se plantean otro uso que el lápiz dentro de las salas de reserva. De recomendar, usaría los guantes de nitrilo y de un sólo uso.

¿”Restauración tradicional” o restauración/retoque digital?

No estoy segura de entender el término tradicional; ni la confrontación con retoque digital. Entiendo la restauración como se podría entender la medicina, como un continuorestestudio y avances en tecnologías y materiales de los que el restaurador debe tener conocimiento a lo largo de su vida profesional, y adecuar éstos al tipo de obras a las que se enfrenta. Por otro lado, la confrontación entre restauración y retoque digital me parece confusa. Son dos hechos no comparables, mientras la restauración persigue la conservación del soporte original, el objetivo del retoque digital es el de conservar sólo el contenido informativo. Me da la impresión de que esta confusión (junto a un mal entendido afán de “modernidad” de los representantes públicos), está sirviendo para reforzar los proyectos de digitalización en detrimento de proyectos de restauración o de presupuestos estables para la conservación.

Mantienes una estrecha relación profesional con el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife y otras instituciones tinerfeñas. De tu trabajo en estos centros ¿qué conclusiones sacas en relación con el estado de conservación del patrimonio documental en la isla?

Para mí, el estado de conservación del patrimonio documental de la isla está directamente relacionado con su escasa valoración. Me explico: es mucho más llamativocita tenerifepara la ciudadanía y más “vendible” para el gestor público la inversión en la restauración de bienes culturales como cuadros o esculturas. La intervención sobre libros o documentos es menos espectacular, se entiende menos, y por lo tanto, no se ha tenido en cuenta su gran valor patrimonial.

Restauración de documento (Archivo Histórico Diocesano de San Criztóbal de La Laguna, Tenerife)

Restauración de documento (Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de La Laguna, Tenerife)

Efectivamente, son varias las instituciones de Tenerife en las que he podido colaborar. Aunque las nuevas infraestructuras de algunos archivos han supuesto una mejora para la conservación de sus fondos, puedo decirte que en otros las instalaciones no reúnen las condiciones apropiadas, se podría mejorar el plan de actuación de conservación y en muchas falta personal especializado.

Muchas gracias Elisa

 

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