LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN QUE MI RAZÓN PADECE, DE TAL MODO A MI RAZÓN ENFLAQUECE, QUE CON RAZÓN ME QUEJO …

 No cabe duda de que quien esto escribió era un maestro del lenguaje, un genio de la literatura, y, para todos nosotros, las y los miembros de ANABAD  un honor inmenso contar con él como el más ilustre de nuestros vecinos; no en vano  nuestra sede social se encuentra en el Barrio de las Letras, en la calle de las Huertas, muy cerquita de la iglesia del Convento de las Madres Trinitarias, templo en el que Cervantes quiso ser enterrado  vistiendo el hábito de la Venerable Orden Tercera de San Francisco. 

 

Todo eso y más lo sabemos por la documentación que obra en relación a dicho asunto. 

 

 

Como Federación de Asociaciones de Archiveros, Bibliotecarios, Arqueólogos, Museólogos y Documentalistas, desde ANABAD no daremos más importancia a una disciplina sobre otra; es más, con toda seguridad los saberes, las prácticas, los instrumentos de trabajo, el acervo, en suma, de cada una de ellas podrán ir en muchas ocasiones unidas en pro de la búsqueda de un saber superior a ellos y común a todos.

 

Así los datos aportados por la documentación de los archivos, junto con el conocimiento que se desprende de la bibliografía y  la correcta administración de los recursos de información, debidamente contrastada con los hallazgos de las prospecciones arqueológicas, harán posible una oportuna presentación de las conclusiones a través de un adecuado plan museológico.

 

 Pero no. Las cosas no han sido así.

 

 La noticia cultural de los últimos meses en Madrid, traspasando incluso las lindes de la capital del reino, ha sido sin duda todo el proceso de descubrimiento de los restos mortales del Príncipe de los Ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra. No pretendemos poner en solfa desde estas líneas la actuación de los profesionales que han intervenido en todo este proceso; eso requiere un análisis más riguroso y académico; se precisa, por supuesto, conocer muchos más datos que los meros episodios relatados en las sucesivas ruedas de prensa. 

 

En torno a este momento en que nos encontramos, de inicio de la celebración del quinto centenario de la edición de la segunda parte del Quijote y de la muerte de su autor, cabe preguntarnos  qué se perseguía con todo este movimiento en la cripta de las Trinitarias. 

 

Teniendo documentada la certeza de enterramiento de Cervantes en aquel lugar y conociendo las prácticas funerarias de aquella época. Considerando el paso del tiempo (cinco siglos) y por lo tanto la superposición de restos a lo largo de los años, al  menos hasta el siglo XIX, ¿qué necesidad había de emprender esta tarea presumiendo que no era ni siquiera posible encontrar una tumba, nicho o féretro en el que apareciera con nítida claridad la expresión  “Miguel de Cervantes”.

 

 La hipotética aparición de tales restos con dicha inscripción, requeriría, además, confrontar el ADN con la única persona con relación familiar directa, su hermana sor Luisa de Belén Cervantes, Superiora que fue del Conventos de Carmelitas de la Imagen de Alcalá de Henares. 

 

De los restos de esta señora se sabe, también por la documentación existente, que están igualmente inhumados en el mencionado convento alcalaíno, pero se desconoce, de la misma manera, el lugar exacto del enterramiento. 

 

Si el inicio de los presentes estudios no ha sido claro en sus intenciones, las conclusiones del mismo han resultado de lo más ambiguas. Como diría el refranero Sancho “¿hacen falta alforjas para ese viaje? 

 

A la sociedad civil le gustará saber todos los datos que no se han contado: desde los asuntos más materiales como el coste total del experimento, a los de pensamiento más elevado como de quién vino la idea y qué realmente se perseguía ¿? 

 

Nos parece muy bien que se pretenda hacer de Cervantes y del Quijote verdaderos iconos de la marca de España y sin duda que los gestores podrán encontrar numerosas posibilidades. 

 

El Quijote es la obra más traducida en todo el mundo después de La Biblia, pero en muchos países es difícil encontrar en el mercado ordinario ediciones asequibles del Quijote, tanto en español cono en las lenguas vernáculas, ahí los gestores tienen tarea y un interesante lugar donde invertir.

 

No sé si calificar al Quijote como un libro de viajes; seguramente no lo sea, pero en él se describe un viaje realmente impresionante y fantástico, el de sus  principales personajes (don Quijote, Sancho y sus cabalgaduras) desde algún lugar de la Mancha hasta la playa de Barcelona, y regreso ¿dónde está la promoción de esa ruta quijotesca de cabo a fin y vuelta al inicio?. 

 

Madrid necesita enclaves turísticos de señalado carácter cervantino y “quijotino”, no lo dudo ¿Por qué no se recupera el monumento a Cervantes y al Quijote y todo su entorno de la plaza de España, otrora kilómetro cero del turismo de Madrid?

 

  ¿Qué decir del establecimiento tipográfico de Juan de la Cuesta en el que vio la luz la obra insigne?: la primera parte fue en la calle de Atocha y ese edificio está ocupado a día de hoy por una institución  que conserva la memoria de la obra cervantina, pero la segunda parte salió de un establecimiento ubicado en la vecina calle de san Ildefonso. Hoy está ocupado por un local destinado a la venta de materiales de construcción. En su exterior una humilde lápida colocada en 1.905 recuerda el evento.

 

Nada tengo que objetar a la noble actividad de la construcción, antaño pilar de la vida social de nuestro país, es más, recuerdo cómo en la ciudad de Salzburgo en los bajos de la casa donde nació el genio W. A. Mozart radica un establecimiento de los autoservicios SPAR. La actividad económica no ha de estar reñida con la gestión cultural, es más creo que una de las cosas que se pretende es precisamente eso, pero quizá para todo ello no era necesario mover todo lo movido para no sacar ningún rendimiento.

 

 En todo esto se han movido más que huesos. Se movieron también sentimientos; los de los familiares de tantos muertos  cuyos restos aguardan en las cunetas  de caminos y carreteras, en las tapias de tantos cementerios y no hay medio de que sean rescatados del olvido absoluto.

 

 

  

José María Nogales Herrera

 

Vicepresidente de ANABAD

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