Biólogo admirado internacionalmente, falleció el pasado 25 de febrero a los 49 años
Cualquiera que vea los libros que recogen las comedias musicales estrenadas en España, Desde al sur del Pacífico hasta más allá de la Luna, tres tomos con 4.000 fotografías y más de 700 espectáculos, le costará creer que es labor de una única persona, Iñigo Santamaría.
Iñigo era biólogo, un respetado y admirado internacionalmente oncólogo molecular. Ejercía su trabajo en el HUCA, Hospital Universitario Central de Asturias. La minuciosidad de su trabajo y la responsabilidad que siempre mostraba como investigador en el laboratorio no le hacía olvidar jamás que lo que estaba detrás era la vida de una persona. Y la posibilidad de vencer al cáncer formaba su personalidad mucho más allá de aquella bata blanca impoluta.
Era en su tiempo libre cuando se dedicaba a la tarea imposible de encontrar los datos para hacer la enciclopedia. Todos los que le conocimos, los que tuvimos la suerte de disfrutar de su conversación, de su entusiasmo, no podemos dejar de preguntarnos que habría podido conseguir en la vida si no hubiera decidido, de manera igualmente meticulosa, abandonar este mundo. Tenía 49 años, era enormemente inteligente, le queríamos muchos, pero el agujero negro le atrapó con fuerza y el lunes 25 de febrero se durmió sabiendo que jamás iba a despertar.