Exposición: Richard Ford. Viajes por España (1830-1833)

En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid

Exposición: Richard Ford. Viajes por España (1830-1833)

En la Sala de exposiciones temporales de la Real Academia hasta el 1 de febrero de 2015

José Belló Aliaga 24/11/2014 CulturaShare on email

Fundación Mapfre y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando han presentado, en Madrid, en rueda de prensa, la exposición Richard Ford. Viajes por España (1830-1833), que se podrá visitar en la sala de exposiciones temporales de la Real Academia hasta el 1 de febrero de 2015.

 

En la rueda de prensa han participado Pablo Jiménez Burillo, Director del Área de Cultura de Fundación Mapfre; José María Luzón, Académico Delegado del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; y Francisco Javier Rodríguez Barberán, comisario de la exposición.

 

La exposición

 

Esta exposición, en la que se descubre una faceta poco conocida del viajero hispanista Richard Ford, ha sido organizada conjuntamente por ambas instituciones.

Los dibujos de Ford constituyen un extraordinario complemento visual de su conocida obra Manual para viajeros por España y lectores en casa, un libro de referencia ineludible de la literatura de viajes en el siglo XIX.

203 dibujos

La mayoría de los 203 dibujos seleccionados en la exposición son obras inéditas hasta ahora, lo que la convierte en una ocasión única para descubrir la imagen de España que embriagó a los viajeros románticos.

“Los viajeros que aspiran a lo romántico, lo poético, lo sentimental, lo artístico, lo antiguo, lo clásico, en una palabra a cualquier tema sublime y bello, encontrarán en el actual y el antiguo estado de España material suficiente si vagan con lápiz y cuaderno en ristre por este curioso país, que oscila entre Europa y África, entre la civilización y la barbarie”. Estas palabras están extraídas de un apartado introductorio del Manual para viajeros por España de Ford, publicado en Londres en 1844. El fragmento del más conocido libro de viajes anglosajón por España hace alusión a los dos principales temas de esta exposición: la construcción de una mirada y la forma de registrarla. Ford advierte que el lápiz y el papel son la mejor manera de aproximarse a ese “Oriente cercano y confortable” que España representaba en el imaginario colectivo de la Europa de la época.

Cuando el libro se edita, la fotografía acaba de nacer, y quedaba mucho tiempo por delante para que se convirtiera en una herramienta útil y accesible para fijar la realidad. Viajando por España a principios de la década de los treinta, Ford utilizó pequeños cuadernos para las anotaciones y papeles de muy diversa calidad y formato para sus dibujos y acuarelas.

Largo proceso de estudio y selección

La exposición es el resultado de un largo proceso de estudio y selección de ese riquísimo material. Su comisario, Francisco Javier Rodríguez Barberán, ha centrado el proyecto en hacer visible la figura de Richard Ford en su dimensión de viajero y dibujante por la España del primer tercio del siglo XIX, buscando ofrecer un nuevo perfil que enriquezca el que ya goza de reconocimiento a través de sus textos.

A pesar de que fueron, entre obras elaboradas y bocetos, más de quinientos los dibujos que Ford realizó en esos años, han sido conocidos sólo de modo indirecto hasta hace muy poco tiempo: de hecho, se los llevó consigo a Inglaterra tras su marcha definitiva en 1833 y han permanecido hasta hoy en poder de la familia, que ha conservado ese maravilloso legado en su integridad. El prestigio del viajero inglés se ha apoyado sobre todo en su Manual, pero la faceta gráfica de Ford sólo fue valorada por los especialistas en la época o por la aportación hecha en publicaciones sobre la iconografía de las dos ciudades en las que vivió de un modo continuado, Granada y Sevilla.

Importancia de los dibujos

Sin embargo, la importancia de los dibujos es enorme: se trata del gran álbum prefotográfico de la España de comienzos del siglo XIX. Ford realizó casi todas las obras en coincidencia con sus rutas por la Península Ibérica: eran, pues, apuntes del natural hechos con la voluntad de fijar lo visto por medio de sus habilidades artísticas.

Richard Ford no es, sin embargo, un artista profesional, como tampoco lo era su esposa Harriet, de quien también se expone una pequeña pero interesante serie de dibujos. Sí lo eran contemporáneos y amigos suyos como John F. Lewis y David Roberts, quienes también visitan España por esos años. Éstos aprovecharon su viaje para profundizar en su técnica y para adquirir el reconocimiento que les llevaría, años después, a ser autores de prestigio.

 

Fotógrafo antes de la fotografía

La obra de Ford tiene un carácter muy especial: no sólo es un fotógrafo antes de la fotografía, con el interés que ello conlleva, al haberse adelantado en el tiempo a los primeros registros sistemáticos de la España del XIX, sino que aporta algunas cosas más que el valor que se le concede a un dibujo sobre la reproducción mecánica. Al no estar atado por ninguno de los condicionantes comerciales de los álbumes y colecciones fotográficas, Ford ofrece con su obra la exploración de temas que la fotografía no empezará a registrar hasta mucho tiempo después. Podría decirse, de modo gráfico, que Ford suele ampliar el plano más allá del monumento, o que abre su objetivo ante lugares y situaciones que tardarán en ser fijados en el negativo.

Idea central

La idea central de la exposición es la recreación de las rutas de Ford por España, de unos itinerarios que le llevaron a lo largo de tres años a recorrer todo el arco del Levante, desde tierras almerienses hasta Barcelona; a tomar la Ruta de la Plata y, a través de Extremadura y Castilla, llegar a Santiago de Compostela; a moverse por el centro de la Península para visitar Madrid, Toledo, Salamanca, Segovia o Guadalajara; a rastrear las huellas de la historia en Andalucía, estableciendo su residencia en Sevilla y Granada.

Pero estos itinerarios no se ofrecen aislados, sino que se contextualizan a través de los temas presentes en su obra: el interés por registrar los paisajes de España, tan escasos de representaciones hasta esa época, previa a la eclosión del género que tendrá lugar poco tiempo después; la importancia que en esos paisajes concede a las ciudades, retratadas desde la distancia y a veces mostradas con el detalle y la precisión propia de un “curioso impertinente”, como denominó Ian Robertson a los viajeros de la época; la atracción que siente por los monumentos heredados del pasado, lo que convierte sus dibujos en una fuente extraordinaria para la iconografía de estas obras antes de que apareciera el fenómeno de la restauración; la ineludible presencia del orientalismo, una corriente estética que estará presente en la cultura europea del siglo XIX a partir del triunfo y difusión del Romanticismo.

Catálogo

Con motivo de la exposición se ha publicado un catálogo de alto valor científico y gráfico, con más de trescientas ilustraciones, en el que han participado el comisario de la exposición Javier Rodríguez Barberán, el hispanista inglés Ian Robertson y el profesor de la Universidad de Sevilla, Antonio Gámiz Gordo.

 

 

INTERVENCIONES, AQUÍ SE PUEDEN VISUALIZAR.

José María Luzón, Académico Delegado del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

Francisco Javier Rodriguez Barberán, comisario de la exposición Richard Ford. Viajes por España (1830-1833)

Intervención de Pablo Jimenez Burillo, Director del Área de Cultura de Fundación Mapfre, en la presentación

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