España quiere cambiar la forma en que evalúa a los científicos y poner fin a la “dictadura de los periódicos”

Los funcionarios pretenden utilizar una gama más amplia de resultados de investigación para evaluar a los investigadores de las universidades públicas.

El tan denostado sistema español de evaluación de científicos, en el que el único criterio para el avance profesional es la publicación de artículos, será revisado bajo nuevas propuestas de la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación (ANECA) del país.

Las reformas, anunciadas a principios de este mes, permitirían por primera vez evaluar a los investigadores de las universidades públicas españolas en función de una variedad de resultados además de los artículos, y también fomentarían la distribución de los hallazgos a través de plataformas de acceso abierto. Muchos científicos acogen con satisfacción la medida, diciendo que ayudará a la academia a salir de un sistema que se ha descrito como una “dictadura de los periódicos”.

Actualmente, la ANECA evalúa el “desempeño investigador” de los académicos cada 6 años. Para ganar un modesto aumento salarial y ser elegible para un ascenso, los investigadores deben demostrar que han publicado un mínimo de cinco artículos durante ese período en revistas de alto impacto indexadas en Journal Citation Reports (JCR), una base de datos producida por la empresa de análisis editorial Clarivate. . Cumplir el objetivo también permite a los científicos supervisar a los estudiantes de doctorado y figurar como investigadores principales en sus universidades, lo que les da acceso a un presupuesto mayor.

El gobierno español introdujo este sistema en 1994 en un esfuerzo por aumentar la productividad de los investigadores del país. Y lo logró: en 2021, el país ocupaba el puesto 11 a nivel mundial en producción científica, con más de 100.000 publicaciones al año, según el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Pero muchos académicos dicen que el sistema ha tenido un impacto negativo en la calidad de su trabajo y en la ciencia en general. Desencadenó “una máquina editorial en papel insaciable”, afirma Ángel Delgado Vázquez, jefe del Servicio de Apoyo al Aprendizaje y la Investigación de la Universidad Pablo de Olavide. Los investigadores pueden trabajar frenéticamente para alcanzar el objetivo, y algunos publican un artículo cada 2 días . Otros han tomado atajos, publicando artículos de baja calidad o buscando fraudulentamente la coautoría; algunos han admitido haber recibido pagos de investigadores de Arabia Saudita o la India para ser coautores de artículos en los que no contribuyeron. Los críticos dicen que el sistema también ha alentado a los investigadores a priorizar la publicación sobre la enseñanza y a utilizar fondos públicos para pagar cargos cada vez más elevados por el procesamiento de artículos impuestos por algunas revistas.

Según el nuevo sistema, ANECA quiere que las evaluaciones consideren una gama más amplia de resultados de investigación, incluidas “publicaciones, patentes, informes, estudios, trabajos técnicos, obras artísticas, exposiciones, excavaciones arqueológicas y la creación de registros bibliográficos”. Los evaluadores ya no considerarán sólo el factor de impacto de las revistas en las que publican los científicos, sino también detalles como si la investigación llega a audiencias no académicas a través de informes noticiosos o documentos gubernamentales. Los artículos también obtendrán una puntuación más alta cuando sean coproducidos con comunidades locales u otros autores no académicos. Y en un intento por reducir el nivel de fondos públicos que se gastan en costos de publicación, los evaluadores tendrán en cuenta los artículos publicados en plataformas de publicación no comerciales y de acceso abierto que no cobran honorarios a los autores, como Open Research Europe.

Los cambios son un intento de arreglar un sistema que ha priorizado “la cantidad sobre la calidad” y de “reconocer que hay diferentes maneras de hacer ciencia”, afirma Pilar Paneque, directora de ANECA. También espera que el nuevo sistema ayude a reducir el fraude en las publicaciones. (Delgado Vázquez, por ejemplo, cree que “sin duda contribuirá a erradicar las prácticas poco éticas”).

Las propuestas son una “apuesta audaz”, dice Núria Benítez Monforte, administradora de investigación del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología. Pero otros dicen que se necesita una reforma aún más radical. Por ejemplo, la científica de la información Eva Méndez, que forma parte de la Junta Directiva de la Coalición para el Avance de la Evaluación de la Investigación, dice que los ciclos de evaluación de seis años deberían abolirse por completo, porque “sólo sirven para enriquecer a las principales editoriales científicas, lo que aumenta la frustración de investigadores más jóvenes”.

ANECA está revisando actualmente unos 600 comentarios que ha recibido sobre sus cambios propuestos, con el objetivo de finalizar el nuevo sistema de evaluación a finales de mes. Si todo va según lo previsto, entraría en vigor el 1 de enero de 2024.

FUENTE:JULIO ALONSO ARÉVALO

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