El plan de la Biblioteca Nacional para salvaguardar la historia del videojuego español

El plan de la Biblioteca Nacional para salvaguardar la historia del videojuego español: “El objetivo es que puedas jugar a una obra en 2051 sin problemas”

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El 31 de diciembre de 2020 murió Adobe Flash, una herramienta para crear contenido multimedia. Se cumplía así la mítica carta Thoughts on Flashescrita por Steve Jobs hace once años en la que vaticinaba el desuso de una tecnología que, por otro lado, sirvió para que miles de creadores dieran sus primeros pasos en el mundo de los videojuegos. Ahora esos títulos están siendo recuperados a través de emulación en la web Internet Archive, pero muchos dejarán de existir para siempre. ¿El motivo? Que nadie pensó en salvaguardarlos.

Precisamente por eso, la Biblioteca Nacional Española (BNE) ha puesto en marcha una iniciativa para preservar los videojuegos creados y distribuidos en nuestro país, al igual que ocurre con otros productos culturales como libros o películas. “A veces las obras no están para siempre, y nosotros somos muy respetuosos con la propiedad intelectual y la perdurabilidad de las mismas. El objetivo es conseguir que si alguien deposita hoy un juego se pueda consultar en 2051 sin problemas”, explica a elDiario.es Alicia García Medina, jefa de servicio de audiovisuales de la Biblioteca Nacional.

Pero la misión no es fácil. Para construir la historia del videojuego español primero se debe hacer un listado de todos aquellos que alguna vez ocuparon un lugar en las estanterías, desde un casete de Popeye de finales de los 80 para el ordenador Spectrum hasta el más reciente Blasphemous, del estudio español The Game KitchenLa Biblioteca Nacional ha contado con la ayuda de varias asociaciones del sector del videojuego, como AEVI (Asociación Española de Videojuegos), AUIC (Asociación de Usuarios de Informática Clásica) y DEV (Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento), y el resultado es un elaborado Excel con los 6.310 videojuegos necesarios para completar ese catálogo histórico del videojuego.
Casete de ‘El laberinto del sultán’ (1984), un juego que solía venir incluido con la compra de un Amstrad CPC 464 Javi García Nieto (@jgarciani)

“Examinamos cada uno de los ficheros que nos facilitaron las asociaciones para comprobar qué obras faltaban en nuestro propio catálogo. El objetivo es conseguirlo todo, aunque sabemos que es muy difícil. Pero ahora, al igual que rastreamos la compra o donación de incunables y manuscritos, también investigaremos videojuegos”, dice a este periódico María Jesús Morillo, subdirectora Adjunta a la Dirección Técnica de la BNE.

Para ello animan a la donación a través de un formulario habilitado en su página web y de momento, según cuentan desde la BNE, solo han recibido propuestas de particulares y no de grandes coleccionistas. Además están atentos al correo de la institución, donde a veces reciben peticiones de títulos para incorporar al catálogo. “El otro día alguien de La Coruña nos decía que cuando estaba en el instituto en los años 90 jugaba a un juego maravilloso en clase de ética. Trasmitía tanta emoción al escribir que reflejaba lo importante que era para él que tuviéramos eso que tanto le impactó en un momento determinado de su vida”, señala Morillo.

¿Por qué ahora y no antes?

Algunos de los videojuegos que la Biblioteca Nacional ya tiene en su depósito Javi García Nieto (@jgarciani)

La producción y distribución de videojuegos en nuestro país no es que sea algo reciente. Entonces, ¿por qué se ha tenido esperar hasta 2021 para que una institución pública decida salvaguardarlos?

“Con la Ley de Depósito Legal de 2011 ya deberían entrar los videojuegos, pero el problema es que no estaban contemplados de forma explícita e ingresaba una cantidad bastante insignificante en comparación con la producción”, detalla la subdirectora de la BNE sobre la norma que establece la obligación de depositar ejemplares de las publicaciones editadas en un país. Por eso añade que están “revisando esa ley para especificar los videojuegos” y que a partir de ahora no quede ninguno sin registrar. “Ya tenemos el texto de la nueva ley y, aunque todavía no ha pasado a consulta pública ni al Congreso, ya está en una fase bastante avanzada”, asegura.

Otro de los motivos que puede explicar la desprotección de los videojuegos es precisamente por la falta de concienciación de los mismos como bien de interés cultural, algo que según las especialistas de la Biblioteca Nacional suele darse con cada nueva forma de expresión popular. “También pasó con el cómic. O incluso con la imprenta, cuando los grandes bibliófilos se resistían a introducir en sus bibliotecas el libro impreso y seguían con sus preciosos manuscritos. En la historia muchas veces ha faltado perspectiva para saber qué puede servir, quizá porque al ser tan contemporáneo es complicado apreciarlo lo suficiente de cara al futuro”, observa Alicia García.

FUENTE: https://www.eldiario.es/cultura/videojuegos/biblioteca-nacional-salvaguardar-historia-videojuego-espanol_130_7227869.html

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