Katsarova, I. [Report] E-Books: Evolving markets and new challenges, European Parliamentary Research Service, 2016.
Podemos decir que la edición de libros a principios del siglo 21 es una empresa de dimensión global, llegando a un valor estimado de 51 millones de dólares. Si bien el libro electrónico representa una porción aún poco importante dentro de esta cifra global, ya que a excepción de algunos mercados de referencia como Estados Unidos (13% del mercado del libro) Reino Unido (11,5%), y Alemania (5%). En el caso de la Unión Europea el mercado de libros electrónicos ha empezado a desarrollarse en los últimos años, y en 2014 representaron solo el 1,6% del total del mercado del libro en los principales países de la UE.
la llegada del libro electrónico transformó la cadena de suministro mundial en la que entran en competencia canales de distribución y puntos de venta, editores y libreros se ven abocados a establecer una estrategia digital. Además los libros electrónicos se enfrentan a desafíos específicos en materia de protección contra la piratería, de préstamo, y derechos de autor. Las más importantes compañías multinacionales han establecido sus sedes en determinados estados miembros debido entre otras cuestiones a que disponen de regímenes fiscales favorables. Para compensar en parte este fenómeno, la UE introdujo nuevas normas legislativas desde el 1 de enero de 2015, según el cual el IVA sobre servicios electrónicos se grava en el país del cliente que adquiere el producto, en lugar de donde se encuentra la sede regional del proveedor.. En contraste con lo que ocurre con los libros impresos, los libros electrónicos no disfrutar de tipos reducidos de IVA, ya que son clasificados como “software”. Mientras que el tipo medio de IVA para los libros impresos en toda la UE es del 7,6%, la tasa correspondiente a los libros electrónicos se sitúa en el 19,9%, aspecto que hace que estén en franca desventaja. Por ello la Comisión Europea está estudiando modificar el régimen del IVA para el libro electrónico, incluida la posibilidad de aplicación de tipos reducidos para finales de 2016.