Documentos desclasificados: EE.UU. hizo la vista gorda al programa nuclear de Israel

 

Publicado: 17 abr 2015 01:42 GMT
 

La construcción de la planta nuclear israelí de Dimona se ha mantenido en secreto durante mucho tiempo. Los documentos desclasificados publicados por primera vez este miércoles revelaron que hace décadas las autoridades estadounidenses perdieron varias oportunidades de revelar el programa secreto de armas nucleares de Israel o deliberadamente hicieron la vista gorda.

Según revelan los documentos publicados por el Archivo de Seguridad Nacional, el Proyecto Internacional de la Historia de la Proliferación de Armas Nucleares y el Centro de Estudios de No Proliferación del Instituto de Middlebury de Estudios Internacionales en Monterey, en 1955 el entonces primer ministro israelí, David Ben-Gurion, lanzó una iniciativa secreta para determinar si Israel era capaz de “construir una infraestructura nuclear para apoyar un programa destinado a la producción de explosivos nucleares”.

EE.UU. debía desempeñarse como el camuflaje para el conjunto del proyecto

Entre 1955 y 1958, el alto cargo de Defensa, Simon Peres, “transformó la idea de un programa nuclear nacional desde una vaga visión del futuro en un proyecto tecnológico real“. Según el plan, Francia debía ser “el proveedor extranjero primario del reactor y la tecnología relacionada”, Noruega debía proporcionar el agua pesada y EE.UU. debía “desempeñarse como el camuflaje para el conjunto del proyecto, sobre todo, como una manera de ocultar el proyecto Dimona del propio EE.UU.”.

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En 1958 y 1959, las autoridades estadounidenses recibieron las primeras señales de advertencia sobre el proyecto secreto de Israel. Richard Kerry, padre del actual secretario de Estado, que en aquel entonces trabajaba en la Embajada de EE.UU. en Noruega, se enteró de que el país escandinavo proporcionó a Israel 20 toneladas de agua pesada, ingrediente clave para un reactor nuclear. 

Los informes de aquellos años fueron enterrados en la oscuridad

Sin embargo, “los informes de aquellos años fueron enterrados en la oscuridad”, señalan Avner Cohen, profesor del Instituto de Middlebury, y William Burr, analista principal en el Archivo de Seguridad Nacional, citados por la agencia Sputnik.

En julio de 1960, el Gobierno de EE.UU. recibió un informe a través de una fuente diplomática estadounidense en Tel Aviv que afirmó que Israel estaba construyendo un reactor nuclear con ayuda francesa. Pero la Casa Blanca perdió otra oportunidad para lanzar una investigación inmediata sobre el caso. 

Finalmente, en diciembre de 1960, Ben-Gurion admitió oficialmente que Israel estaba construyendo un reactor nuclear, pero aseguró que era únicamente para fines pacíficos. El Departamento de Estado de EE.UU., por su parte, aceptó con satisfacción la declaración del primer ministro israelí.

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Después del descubrimiento de Dimona, la administración Eisenhower se enfrentó al dilema sobre cómo responder al desafío planteado por Dimona para las relaciones entre EE.UU. e Israel y EE.UU. y Francia. Ese dilema perduró durante toda la década de los años sesenta en tres administraciones sucesivas de EE.UU. bajo los presidentes Kennedy, Johnson y Nixon hasta que el último aceptó el estatus nuclear ‘de facto’ de Israel.

En marzo, el Pentágono admitió la existencia de armas nucleares en Israel y aseguró que la Casa Blanca lo sabía al menos desde 1987.

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