¿Cual es el futuro de los libros impresos en el contexto académico?
Academic print books are dying. What’s the future? Donald Barclay, University of California, Merced. Posted on November 29, 2015 by bridgerjones.
Me ha parecido muy interesante el análisis que hace Donald Barclay en torno al futuro del libro impreso en las universidades, ya que lo argumenta perfectamente con datos muy precisos. Así que aquí os dejo un resumen del contenido, que desde luego no nos dejará fríos a pesar de la temperatura del exterior.
El libro académico en formato impreso ha sido un baluarte de la cultura pero según el autor ahora es una especie en peligro de extinción. El mercado que lo ha sostenido a lo largo de los años se está derrumbando. Las ventas de libros académicos en formato papel ha alcanzado mínimos históricos. Los precios están en niveles récord. En términos puramente económicos, la situación actual es insostenible. En 1980, una editorial universitaria podría esperar vender 2.000 copias de cualquier libro. En 1990, ese número había caído a 500 copias. Y en el año 2005, las ventas no excedían de un poco más de 200 copias vendidas. En el año 2015, un libro excepcional en el campo se considera aceptable si logra vender 200 copias en su primer año. En respuesta a ello y ante la espiral descendente, los editores terminaron elevando los precios de los libros universitarios. En 1980, en el campo de la historia, el precio promedio de un libro de tapa dura era de 22.78 $; en el año 2010, ese precio casi se había cuadruplicado a 82.65$. Esta es la dinámica de cualquier otra disciplina.
También a causa de este colapso en el mercado se ha producido la pérdida de poder adquisitivo por parte de las bibliotecas universitarias, que tradicionalmente son el mayor cliente de libros académicos impresos. Las bibliotecas se han visto afectadas por un doble golpe económico: los aumentos altamente inflacionarios en el costo de las suscripciones a revistas, y una caída constante de la financiación por parte de las instituciones gubernamentales de educación superior en las últimas décadas. Como resultado, las bibliotecas universitarias se han visto obligadas a elegir entre mantener las suscripciones de pago a las revistas o la compra de libros. Lo que ha llevado a una imperiosa necesidad de elegir entre favorecer la compra de uno u otro recurso. Las revistas es el recurso de investigación primordial para las Ciencias y Tecnología, manteniéndose la preferencia por en libro en las disciplinas de las Humanidades y las Ciencias Sociales. A mediados de la década de 1980, la proporción de gasto en las suscripciones a revistas en comparación con la compra de libros era de aproximadamente del 50 %-50%. En el año 2011, esa proporción había cambiado a un 75% frente al 25% en favor de las suscripciones a revistas. El hecho de que sólo la mitad de los libros comprados por bibliotecas universitarias se prestan, también ha tenido sus consecuencias sobre como se distribuye la inversión en cada uno de estos recursos.
En cualquier caso, la economía del libro académico impreso no sería una consideración a tener en cuenta en este ámbito, ya que después de todo, las editoriales universitarias se crearon con el propósito específico de servir como vehículo para difundir la investigación de la propia entidad, que aunque rica en valor intelectual, en casi todas las universidades, salvo alguna honorable excepción como las grandes universidades inglesas o americanas, tiene poco o ningún valor económico.
Sin embargo, en el contexto de la educación superior, en el que las subvenciones recibidas por las editoriales universitarias se han reducido o desaparecieron completamente, los editores se quedan con pocas opciones a considerar antes de aceptar un manuscrito para su posible publicación que no sea la del potencial de las ventas.
Por lo tanto se pregunta el autor ¿Es aceptable que un estudiante de doctorado pueda sentirse obligado a elegir el tema de tesis en función de cómo un editor ve su potencial de ventas, en lugar de elegir el tema en el que desea hacer una contribución a su campo de investigación?
“¿Es aceptable que un estudiante de doctorado pueda sentirse obligado a elegir el tema de tesis en función de cómo un editor ve su potencial de ventas, en lugar de elegir el tema en el que desea hacer una contribución a su campo de investigación? “
Donald Barclay
Frente a un mercado sombrío, una serie de editoriales académicas líderes están llevando a cabo los pasos necesarios para cambiar el modelo económico del libro universitario. Este cambio implica pasar de un sistema basado en el formato impreso a un sistema basado fundamentalmente en el formato digital, y desde un enfoque comercial orientado a las ventas a las bibliotecas, a un enfoque orientado al el acceso abierto y a la visibilidad científica de sus investigadores.
Un ejemplo notable de este nuevo modelo es el de la Universidad de California Press que anunció este mes de octubre la publicación de los primeros cinco títulos como parte de su iniciativa Luminos. Una colección de títulos de libros académicos editados profesionalmente, revisados por pares y publicadas en acceso abierto, con una opción de impresión bajo demanda para aquellos que prefieren los libros físicos. Modelos de acceso abierto similares para la publicación de libros universitarios están siendo implementados por editoriales como The Ohio State University Press, Penn State Romance Studies, Amherst College Press, ANU (Australian National University) Press, De Gruyter Open,, y otros.
Iniciativas de acceso abierto como estas se están posicionando y tendrán una importante influencia sobre la dinámica del mercado del libro universitario ,mediante un cambio hacia un modelo en el que el costo de la publicación se recupera mediante la suscripción por adelantado en lugar de a través de la venta de ejemplares. Además el acceso abierto a los libros académicos hace posible que puedan ser utilizados, en todo o en parte, como los textos del curso sin costo para los estudiantes. Además con muy buenos resultados como vimos en el post de Universo Abierto de la pasada semana basado en un estudio que decía que los recursos educativos abiertos (OER) estaban proporcionando resultados mejores o similares en el rendimiento académico del alumno.
Además el formato digital reduce las limitaciones que tradicionalmente se establecían en cuanto al número de páginas e ilustraciones que debería tener la publicación final para no aumentar los costos de edición. En este nuevo modelo, los investigadores también tienen la libertad de emplear e incluir en su libro herramientas y recursos de la era digital que van desde mapas interactivos, visualizaciones de datos, animaciones, video, realidad aumentada, etc.. pudiéndose acceder a estos libros desde cualquier otra región del mundo donde pocas personas pueden permitirse pagar el precio del libro, lo cual contribuirá a potenciar la inclusión digital, el desarrollo sostenible y contribuir a la visibilidad mundial de los autores de cualquier universidad.
“… Si finalmente las fuerzas del conservadurismo académico se niegan a valorar y considerar a los eruditos que publican en esta forma emergente en acceso abierto, esto tendrá una consecuencia no deseada que será la muerte del libro universitario”
Donald Barclay
Curiosamente en contra de lo expuesto, las barreras en contra del libro en acceso abierto, a veces vienen desde la desconfianza en el modelo por parte de los propios investigadores, que a veces son quienes además toman decisiones sobre la contratación, la promoción y la acreditación de sus miembros, y quienes en muchos casos no consideran las revistas y libros en acceso abierto en los sistemas de acreditación y evaluación científica en el mismo nivel de igualdad que los formatos impresos. También se trata de una desconfianza general en lo digital, formato que consideran que puede favorecer el plagio o que conlleva el viejo estigma de “prensas de las vanidades” que tenían tradicionalmente la autopublicación; cuando la cuestión es precisamente la contraria, es más fácil detectar el plagio en algo que esta publicado en digital, y al que cualquiera puede acceder, o ser detectado por los programas informáticos de que disponen la mayoría de las editoriales para ello. Por otro lado, la autopublicación ahora mismo es una de las corrientes principales de la edición, y es necesario tener esto en cuenta, ya que se considera que lo publicado sin mediación editorial puede ser incluso el doble de lo publicado con el concurso de una editorial, si bien la mayoría pertenece al ámbito de la ficción, ya la mayoría de las grandes editoriales científicas disponen de un programa con una línea comercial dedicada a la autopublicación.
¿La universidad debe mantenerse al margen y permitir que el mercado determine quién tiene éxito y quién no como investigador? ¿O va a promover la publicación en acceso abierto que ofrece una alternativa viable a un mercado en el colapso?”
Donald Barclay
Además, como apunta el autor “con muy pocas excepciones, el costo de la publicación de un libro académico siempre ha sido subvencionado en un grado u otro”. Argumentando que la publicación de un libro subsidiado con los auspicios de una editorial universitaria tienen un valor moral mayor que el de publicar bajo cualquiera de los modelos emergentes de publicación de acceso abierto es totalmente engañoso, concluye el autor diciendo que “… Si finalmente las fuerzas del conservadurismo académico se niegan a valorar y premiar a los eruditos que publican en esta forma emergente en acceso abierto, esto tendrá una consecuencia no deseada que será la muerte del libro académico. ¿La universidad debe mantenerse al margen y permitir que el mercado determine quién tiene éxito y quién no como investigador? ¿O va a promover la publicación en acceso abierto que ofrece una alternativa viable a un mercado en el colapso?”