Mauro S. Hernández Pérez y Gabriel García Atiénzar (Universidad de Alicante)

Los trabajos arqueológicos desarrollados en torno a Cabezo Redondo (Villena, Alicante) en las últimas décadas ofrecen un marco excepcional para aproximarnos al conocimiento de las comunidades campesinas que vivieron durante buena parte del II milenio cal BC más allá de la frontera argárica. La existencia de dos fases claramente diferenciadas permite ahondar en el conocimiento de la Edad del Bronce, las relaciones entre diferentes grupos sociales y las dinámicas de intercambio en el Este y Sureste peninsular. Así, durante el Bronce antiguo (ca. 2100-1700 cal BC) la ocupación del asentamiento encaja en los patrones definidos para el llamado ‘Bronce valenciano’ -encumbramiento, ocupación de reducidas dimensiones, unidades residenciales de mediano/pequeño tamaño, etc. Sin embargo, a partir del 1700/1650 y hasta el 1300/1250 cal BC el asentamiento se transforma en un amplio poblado con una superficie próxima a los 10.000 m2, con planificación proto-urbanística, con unidades habitacionales de mediano-gran tamaño y con áreas de actividades artesanales especializadas. Esta transformación coincide con la adopción de un conjunto de características con reminiscencias argáricas, como el mundo funerario en el interior del hábitat o determinados elementos de los espacios domésticos.

Asimismo, a partir de esta fecha se observa un incremento en el flujo de materiales y objetos singulares que permiten plantear el papel predominante de Cabezo Redondo en las redes de intercambio, singularmente a partir del 1550 cal BC, fecha tradicionalmente vinculada con el fin de El Argar.