Bibliotecas Refugio

“Parece evidente que las bibliotecas son entes vivos, y como tal van en el tiempo  cambiando de conformación.

Estamos viviendo días de fríos en lo climatológico, pero desde luego también en lo social. La sociedad contempla los informativos y ve impertérrita cómo los refugiados que se agolpan a las puertas de nuestro confortable continente europeo padecen los rigores de la climatología propia de esta estación invernal.

 

Como es una realidad que está lejos no hacemos nada, porque parece que nada podemos hacer, o de eso nos auto-convencemos para nuestra mayor comodidad.

Al final resulta que esa realidad tan evidente se nos presenta a un palmo de nuestros propios ojos.

Las Bibliotecas Públicas, y muy especialmente las Municipales, hoy se han convertido en centros de acogida. Los mendigos y menesterosos de nuestros pueblos y ciudades,  personas tan  dignas como quien más lo sea, multitud de “sin hogar” salen a primera hora de la mañana de los centros de acogida donde han pasado la noche los más afortunados de ellos, con estos fríos reinantes en el ambiente:

.- ¿a dónde ir? se preguntan los más de ellos.

La respuesta es clara e inmediata, a la Biblioteca Pública. Primero al portal de la misma, donde el relente parece algo más suavizado  que en plena calle, y, cuando por fin abren la puerta del establecimiento, a su interior.

Los hay que ya casi son de plantilla e incluso llegan antes al centro que mucho de los empleados. En la Biblioteca pública ellos, como el resto, a parte de una interesante colección bibliográfica, tienen entretenimiento, pueden leer la prensa, acceder a internet, cargar la batería del móvil y hasta buscar trabajo o un a casa, por si acaso. Allí se relacionan unos y otros. Ese es otro mundo.  Ellos están allí, ¿el resto del público los distingue?, no lo sé pero ¿los Servicios Sociales lo saben?. El personal de la biblioteca sí es conscientes de ello. En sus fichas no hay domicilio, o éste corresponde con el de un conocido centro de acogida.

Anochece fuera de la biblioteca, se ha ocultado  el sol y aumenta el frío. Lo que algunos llaman “la sensación térmica” para ellos es una cruda realidad.

El personal de la Biblioteca comienza a marcharse, pues tienen  flexibilidad de jornada. Hay en la puerta un grupo de usuarios que se marchan todos juntos. Son los últimos  en salir; los mismos que mañana volverán a la Biblioteca a primera hora de la jornada

 

 

José María Nogales Herrera

Presidente

Federación ANABAD

España”

 

Follow us on Social Media