Me sorprende el poco eco, por no decir ninguno, en medios de comunicación y en esta propia lista que está teniendo el despido masivo de interinos, (casi una treintena de ellos, bibliotecarios), en Castilla La Mancha. Por aquí he leído un comentario y poco más. Llevo varios años siguiendo IWETEL y sin embargo sí he podido leer cientos de artículos en los que se habla una y otra vez de la importancia de las bibliotecas, de su función imprescindible, de su labor puntera en el futuro, un futuro en el que la información y la correcta gestión de la misma hará la sociedad cada vez mejor. Yo, como bibliotecario que creía este oficio, en esa vocación, leía con interés dichos artículos y los tomaba como referencia, e intentaba aplicar sus pautas a mi trabajo diario. Ahora mismo, a escasas semanas de volver a ser despedido de una de las bibliotecas Públicas de Castilla, qué quieren que les diga. No me creo ya nada de dichos artículos cargados de buenas ideas pero carentes de toda visión real. Me parecen ingenuos cuentos de lechera. Las Bibliotecas en España desgraciadamente no han sido un oasis dentro de la destructiva gestión de todos los servicios sociales. Comprobando la irresponsable gestión que venimos padeciendo durante años me hago una pregunta sencilla. ¿Quién trabajará en dichas bibliotecas?, ¿Quiénes serán los profesionales qué se encargarán de integrar en ellas esas nuevas tecnologías que van a resolverlo todo en cuanto a materia informativa se refiere? ¿De dónde los van a sacar? ¿Las facultades de Biblioteconomía están mostrando alguna preocupación por el futuro de sus licenciados? ¿Las oposiciones, muy duras en algunos casos, ridículas en otros, realmente te preparan adecuadamente para esos puestos hipertecnificados y superimportantes en nuestras bibliotecas interestelares?

En Castilla La Mancha, en breve, sus Bibliotecas Públicas, después de llevar varios años con unos recortes muy serios en sus presupuestos, los cuáles, poco a poco van ahogando sus servicios (esos mismos servicios que son imprescindibles para una sociedad futura) van a volver a sufrir otro varapalo tremendo. Sufrirán un recorte de personal que hará que su labor se complique aún más. Curiosamente, una de las justificaciones para hacer esos recortes en su personal (el personal interino) es que cada vez ofrecen menos servicios ya que la gente acude cada vez más a Internet o resuelve sus dudas o sus ratos de ocio a golpe de móvil. Se ignora intencionadamente que dicha caída en los servicios se debe claramente a la caída de los presupuestos que los gestionaban.

Hace un par de años, fue vergonzosa la actuación de Juan Manuel de la Fuente y de su superior, el consejero de Presidencia y Administraciones Públicas y mano derecha de Cospedal, Leandro Esteban, con un cruce de mentiras y desmentidos que fue aprovechado para ganar tiempo e ir echando a dichos interinos (no sólo de bibliotecas, sino de todas las consejerías de Castilla La Mancha). En estos días son vergonzosas también las negociaciones que se están llevando a cabo para intentar rescatar algún que otro puesto. El Gobierno regional, sigue en sus trece, mostrando una actitud totalmente irresponsable, carente de razonamiento lógico o un mínimo de criterio profesional, ofreciendo datos falsos, mal interpretados o sesgados para justificar sus despidos. Ha sido bochornoso el informe que ofrecieron para explicar la situación de las Bibliotecas Públicas, el cual, las mismas Bibliotecas Públicas ya se encargaron de contrarrestar con varios informes más profesionales, que por supuesto, no han sido escuchados por parte de la Administración. Su postura fue clara hace dos años y los es ahora: echar a gente y echar a más gente, sin importar lo que hagan o dejen de hacer.

Visto lo visto en Castilla La Mancha, o recordando la situación que padece la Biblioteca Nacional, con servicios privatizados y muy mal pagados, con profesionales sufriendo continúas vueltas de tuerca, o lo que ocurre en las bibliotecas madrileñas, o recordando también la estafa que supusieron las oposiciones para las Bibliotecas Municipales de Murcia, (¿lo recuerdan, fue hace medio año, con unas oposiciones ridículas en las que los hijos de un puesto directivo en la red de bibliotecas sacaron dos dieces como dos soles?), repito la pregunta ¿Quién va a sacar adelante las bibliotecas españolas del futuro? Para eso hacen falta, aparte de buenas intenciones y de repetir una y otra vez lo bonitas y maravillosas que serán las bibliotecas del Siglo XXI unos profesionales muy cualificados, pero aquí, en esta España de mis desamores, lo único que se hace es amenazar con despidos y más recortes presupuestarios. Mientras continúe el poco interés que tienen determinados gobernantes por sus bibliotecas, cualquier artículo que hable sobre Bibliotecas 2.0, 3.0, o Bibliotecas enviando cohetes a la luna, todo me parecerá un cuento infantil.

Para acabar este comentario hago otra pregunta. ¿Quién no tiene un compañero bibliotecario que ha acabado asqueado y cabreado por su oficio? En un par de años, he visto como más de una veintena de amigos y compañeros han perdido su trabajo en diversas bibliotecas, archivos o centros de documentación, y todos han acabado jurando y perjurando que nunca más volverán a trabajar en un centro así, al menos en España, viendo la humillación que han sufrido, viendo el desprecio que han padecido por parte de tantas y tantas cabezas pensantes y gobernante en este país. Yo, dentro de un mes más o menos, creo que también estaré echando pestes de lo que supone el oficio bibliotecario, aunque vaya, seguiré siendo bibliotecario hasta el día que me muera (aunque acabe de camarero en Alemania). Y como yo, casi treinta compañeros más, buenos profesionales, dentro de pocas semanas en Castilla La Mancha. Para ellos va este artículo, en especial a los compañeros de la biblioteca en la que trabajo ahora, y a los de la Biblioteca Pública de Cuenca, pues gracias a ellos, se reabrirán algunos servicios, al menos durante el tiempo que tarden en echarlos.

Julián María Guzmán Tapia

Bibliotecario (por poco tiempo) de la Biblioteca Pública de Albacete.