Premios nacionales de cultura 2016

El 13 de septiembre de 2017 en Cuenca se entregaron los Premios Nacionales de Cultura correspondientes a la convocatoria del 2016. Seguro que fue un acto magnífico y que todas las personas galardonadas eran merecedoras de el Premio, incluso de más, pero me permito hacer alguna puntualización:

 

A mi criterio de las 29 categorías otorgadas, sobraba una: la tauromaquia. No pretendo hacer aquí un planteamiento ni posicionamiento ni pro ni anti taurino. Para mi es una cuestión de ubicación adecuada. Al toro en los festejos se le tortura y la tortura no es cultura. Si es legal que existan corridas de toros y que esa disciplina sea premiada, que lo hagan desde otro ministerio fuera del de Educación y Cultura; en el de Gobernación, por ejemplo, que es de quien depende el reglamento taurino.

 

Pero bueno, mi comentario quiere ir, sobre todo por otros derroteros.

 

De los 29 premios otorgados, incluido  el de la tauromaquia, prácticamente todos van dirigidos a los creadores , en todo caso alguno a las industrias culturales, desde luego ninguno a los gestores.

 

Quizá alguien entre los directivos del Ministerio de Educación Cultura y Deportes podría llegar a la conclusión de que sin el concurso y participación de los gestores culturales; archiveros, arqueólogos, bibliotecarios, directores de espacios escénicos, gestores del patrimonio cultural en sus distintas modalidades (material, inmaterial), museólogos, responsables de centros de artes plásticas,  no sería posible  la realización de muchas de las acciones culturales que acaban de recibir su merecido galardón.

 

Quizá tenga que ver con todo esto el hecho de que la mayoría de esos gestores sean funcionarios, y se da por entendido que los funcionarios no son merecedores de ningún tipo de reconocimiento. Estoy pensando en tantas personas que hemos conocido, muchas de ellas ya desaparecidas, otras tantas en su fase de jubilación y retiro profesional, y muchas, desde luego, en plena fase productiva, rindiendo buenos resultados con su trabajo en la gestión de las políticas culturales.

 

Por supuesto las asociaciones profesionales de los gestores culturales en las distintas modalidades también están al parecer excluidas de estos reconocimientos.

 

La pregunta podría ser ¿porqué ocurre esto? desde luego porque nadie propone a tales posibles galardonados, porque nadie escribe sobre ello. Una razón de peso es simplemente porque no existen las modalidades en las que  encajar estos premios inexistentes; al final resulta ser un problema de clasificación.

 

 

José María Nogales Herrera

Presidente

Federación ANABAD España

 

 

 

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