Normas recomendada para el tipo de papel, tintas e impresión a utilizar en doc. conserv. permanente

normas recomendadas para el tipo de papel, tintas e impre­sión a utilizar en documentos de conservación y permanente.

 

el papel

 

La selección del papel para documentos de conservación permanente se fun­damenta principalmente en los exámenes físico, químico y microscópico. Las NOR­MAS BÁSICAS DE CALIDAD DE PAPEL determinan la calidad de papel bajo es­pecificaciones características para la duración permanente.

 

En la Argentina como en los países de mayor desarrollo, existen insti­tuciones dedicadas a la normalización de estándares para los productos in­dustriales. El Insti­tuto Argentino de Racionalización de Materiales, (IRAM),  tiene las normas estándar para el papel, pero no tiene ninguna norma  refe­rida a las propiedades y requisitos del papel de duración permanente.

 

Para la adquisición de papel a utilizarse en documentos de conser­vación per­manente, se recomienda licitar bajo las siguientes ESPECIFICACIO­NES PARA PAPELES DURABLES Y PERMANENTES.

 

Extracción mínima en frío Ph = 7.5

 

Resistencia al plegado en sentido transversal respecto a la dosifi­cación de las fibras, 30 a 1 kg. de tensión.

 

Resistencia al rasgado en sentido longitudinal respecto a la dis­posición de las fibras, 70 gr. para papel de 22.4 kg.

 

Mínima retención de la resistencia al plegado, en dirección longi­tudinal luego de 24 días de envejecimiento a 100º C, será del 50%,

 

El término durabilidad se interpreta como el nivel de fuerza física  y flexibili­dad necesaria para la manipulación y el uso intensivo. Se toman  criterios de durabi­lidad para clasificar los papeles mensurando la resistencia de las líneas más débiles. Razón por la cual se toma la resistencia al plega­do en sentido transversal respecto a la disposición de las fibras (el papel resiste menos al plegado en sentido transversal que en sentido longitudi­nal). El mismo criterio se sigue para el análisis de resistencia al rasgado.

 

El término permanencia se interpreta como el indicador de un alto  grado de estabilidad química evidenciada por muy bajo deterioro. El criterio elegido para la clasificación es el porcentaje de retención de la resistencia al plegado en dirección longitudinal luego de 24 días de envejecimiento a 100º C. Un buen nivel de 75% de retención. La  resistencia al plegado se ha mostrado como la propiedad física más sensible al envejecimiento por  ca­lor, razón por la cual se mide la permanencia con el porcentaje de retención de la resistencia  al plegado. Aun cuando la resistencia al rasgado puede ser  hecha  más rápidamente que el test del plegado, no se reco­mienda para la evaluación de permanencia pues es relativamente insensible al en­ve­jecimiento por calor. Si se usara, un 85% de retención luego de 24 días a 100º C in­dicaría un alto nivel de permanencia.

 

Existen grandes diferencias de los papeles considerados en la Cáte­dra de Conservación y Restauración. Papeles que pueden ser muy buenos en algunos as­pectos son medio­cres en otros y la relativa permanencia o durabilidad no es obvia.

 

Un camino para comparar  papeles de peso similar  es clasificarlos de acuerdo a cada uno de los tres criterios:

 

Retención de resistencia al plegado en sentido longitudinal.

 

Resistencia al plegado en sentido transversal.

 

Resistencia al rasgado en sentido longitudinal.

 

En  base a los datos, se recomiendan los siguientes estándares:

 

PH: Los papeles que retienen más del 50% de su original resisten­cia al plegado después de 24 días de envejecimiento, no deben tener PH por deba­jo de 7.7

 

Resistencia al plegado transversal: A 1 kg. de tensión, se puede llegar a 150 dobles pliegues para papeles de 22.4 kg., pero valores menores son más comunes. Un valor de 30 indica un nivel de durabilidad deseable para pape­les documentales.

 

Resistencia la rasgado en sentido longitudinal: Para papeles de 22.4 kg. es deseable 70 gr. de resistencia. Estos valores se obtienen en pa­peles con resistencia al plegado de 30.

 

Aparte de las especificaciones, expresadas por la Barrow Laboratory Research, estadounidense, son necesarias las siguientes observaciones:

 

a.- El material del papel debe estar libre de fibras de madera cruda o triturada (pasta mecánica).

 

b.- El contenido de alfa celulosa no debe ser menor del 90%.

 

c.- El número de cobre no debe superar el 1.0.

 

d.- La  estabilidad luego de 72 has. a 100º C (envejecimiento artificial) se mide  por el contenido de alfa celulosa que no debe disminuir más de 1.5%  y el número de cobre no debe aumentar más de 0.5.

 

ESPECIFICACIONES PARA TINTA PERMANENTE

 

La República Argentina cuenta con reglamentación sobre tintas per­manentes. En la norma IRAM 3025 referida a: Tinta azul negra para escri­bir, perenne.

 

De ellas se extraen las especificaciones:

 

Sedimento: No mayor de 25 gr. por 50 ml. de tinta.

 

Estabilidad: Depósito no mayor a la de la tinta tipo.

 

Color: Uniforme.

 

Forma y espesor de trazo: Similar a la tinta tipo.

 

Penetración: No mayor a la de la tinta tipo.

 

Comportamiento a luz difusa: Resistencia no menor a la tinta tipo.

 

Alteración al aire: No formará depósitos, adherencias y moho en mayor cantidad que la tinta tipo.

 

Resistencia a la luz: No menor a la tinta tipo.

 

Resistencia a la acción del agua y alcohol: No menor a la tinta tipo.

 

Corrosión de plumas: No mayor a la de la tinta tipo.

 

Contenido de hierro: 5.8 a 6.6 gr. por 1000 ml.

 

Resistencia al blanqueo: No menor a la de la tinta tipo.

 

 

TINTA TIPO

 

Ácido tánico                               23.6 gr.

Ácido gálico cristalizado               7.7 gr.

Sulfato ferroso cristalizado         30.0 gr.

Ácido clorhídrico 10%                 24.0 ml.

Fenol                                           1.0 gr.

Azul soluble                                 1.0 gr.

Agua destilada: la necesaria para completar un litro a 20º C.

 

Cada tinta que es analizada se hace paralelamente con una muestra de tinta tipo. Los resultados alcanzados no son absolutos  sino relativos.

 

IMPRESORAS:

 

Se toman en cuenta las tres más comunes del mercado:

Impresoras de impacto, de chisguete y de rayos. Más conocidas co­mercial­mente como matriciales, de chorro de tinta y Láser.

 

Se tienen las siguientes observaciones:

 

El acabado de los trabajos realizados en la impresión son en forma de escala, los más óptimos los realizados por la impresoras Láser, sola­mente óptimos, los lo­grados por impresoras a chorro de tinta, y regular, los trabajos realizados en impreso­ras matriciales, sean de 9 o 24 pin. Estas úl­timas logran un acabado de trabajo bas­tante aceptable.

 

Desde el punto de vista técnico, las impresoras matriciales imprimen sobre el papel, mediante el impacto que producen los pines que arrastran consigo moléculas de tinta de la cinta corrediza, al igual que las impresoras de margarita, fijan los signos por la calidad del golpe que se da al papel.

 

Las impresoras de chorro de tinta, pulverizan las moléculas de tinta, impregnándolas sobre el papel en forma húmeda.

 

Las Impresoras Láser, realizan el trabajo de impresión en forma simi­lar a las fotocopiadoras, utilizando tinta seca, comúnmente conocida como tonner.

 

Desde el punto de vista archivístico, y considerando que el objetivo de la per­manencia de la información impregnada sobre el soporte de papel, debe ser lo mejor durable posible, se recomienda:

 

No utilizar las impresoras láser en documentos que se pretendan una larga du­rabilidad o que estén calificados de duración permanente, de acuerdo con la normas de la Selección documental.

 

Entre las impresoras de impacto y las de chorro de tinta, es preferible utilizar las de chorro de tinta, preferente con cartuchos originales de fábrica, ya que los cartuchos recargables, no superan las pruebas de perennidad de las tintas tipo.

 

 

Víctor Hugo Arévalo Jordán

Cátedra de Conservación y Restauración

Carrera de Archivística

Instituto Superior N12

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