Enmarcada en la Ruta del Quijote y la Ruta Enoturística Caminos del Vino de La Mancha, Tomelloso ofrece al mundo su tradición y costumbres vinícolas.
Por José Belló Aliaga
Tomelloso: sede del patrimonio industrial de cuevas y chimeneas
Con una fuerte tradición ligada al vino, la localidad manchega de Tomelloso se vanagloria de poseer en su subsuelo más de 4.000 cuevas subterráneas en las que antiguamente se elaboraba dicho producto y de las que a día de hoy se conservan de algunas los restos de antaño.
Tomelloso cuenta además con la mayor Cooperativa Vinícola de Europa, Virgen de las Viñas, y es, aún hoy, la primera productora de alcohol vínico del mundo. Su legado en forma de cuevas y chimeneas recoge parte de su historia que tiene su origen en el siglo XVI.
Posada de Vid y Cultura
Es conocido por los amantes de la historia del vino el valor que la localidad manchega de Tomelloso le otorga a la figura de la vid: una apuesta firme que se manifiesta con su lema “Posada de Vid y Cultura”. Las raíces de Tomelloso siempre han estado unidas a la agricultura, a los vinos y a los brandys y al sello inconfundible de la mayor cooperativa de Europa, la bodega y almazara Virgen de las Viñas. Ésta es, además, la segunda mayor del mundo después de la de California; es tanto su reconocimiento y puesta en valor del vino que se llegaron a recoger hasta 11 millones de kilos de uva en un solo día y en algunos casos dobla o triplica la cosecha total de algunas denominaciones de origen de España.
Enmarcada en la Ruta del Quijote y la Ruta Enoturística Caminos del Vino de La Mancha, Tomelloso ofrece al mundo su tradición y costumbres vinícolas.
Primer productor de alcohol vínico del mundo
Tomelloso se encuentra en una tierra de viñedos y dada la producción vínica se propició el desarrollo de un gran número de alcoholeras desde finales del siglo XIX hasta mitad del siglo XX, que llevaron a Tomelloso a ser el primer productor de alcohol vínico del mundo en la mitad del siglo XX, posición que sigue ocupando hoy día. Pocos son los que conocen los orígenes, la cultura y el culto que se le rinde al líquido del dios Baco, y sorprendidos, viajan hasta este municipio en pleno corazón de La Mancha que cuenta con más de 4.000 cuevas subterráneas, en las que tradicionalmente se elaboraba vino. A día de hoy, las que se conservan mantienen el encanto de antaño.
“Cuevas”
Las conocidas como “cuevas” y “chimeneas” son otras protagonistas de la vida de los tomelloseros. Las primeras reúnen cualidades óptimas para albergar las cosechas y guarecer a los vinos de cambios climáticos bruscos además de albergar los útiles necesarios para la elaboración artesanal y familiar del vino, grandes tinajas de barro, escalas, filtros o bombas. Llaman la atención del viajero las conocidas como “lumbreras” (son unas hendiduras en los techos de las bóvedas para dejar pasar la luz y que desde la acera de la calle se pueden contemplar). Los estudios señalan su origen en el período de dominación romana, al ser éstos los primeros en plantar viñedos. Así, el subsuelo de Tomelloso se presta para que sus hombres realicen estas cuevas sin más técnica que sus cualidades, ayudados por las mujeres- llamadas terreras- que son las encargadas de trasladar la tierra y la arena extraídas del interior hasta la superficie.
Son nueve las bodegas que han heredado la tradición vinícola de Tomelloso y que tienen el objetivo común de conseguir la máxima calidad en sus vinos.
“Chimeneas”
Las segundas, las chimeneas, son antiguas fábricas de alcohol y a día de hoy son grandiosos monolitos que decoran el paisaje urbano de la ciudad. En la época de máximo apogeo llegaron a funcionar más de cien. Con una altura de más de 45 metros, servían para dar salida al humo de las grandes calderas que proporcionaban la temperatura adecuada para el funcionamiento del serpentín de destilación de las antiguas alcoholeras. Se pueden visitar (incluso de noche, puesto que están iluminadas) la de la calle Domecq, la del Parque Urbano Martínez, la del barrio de la Chimenea o la de la calle Julián Besteiro.
Imagen: Las chimeneas a día de hoy son grandiosos monolitos que decoran el paisaje urbano de la ciudad. Con una altura de más de 45 metros, servían para dar salida al humo de las grandes calderas que proporcionaban la temperatura adecuada para el funcionamiento del serpentín de destilación de las antiguas alcoholeras.
Son nueve las bodegas que han heredado la tradición vinícola de Tomelloso y que tienen el objetivo común de conseguir la máxima calidad en sus vinos porque se trata de sabores de La Mancha que tratan de acercar estos productos al paladar de los amantes del vino. Un trabajo el de estas cavas donde la recolección se realizan de forma manual y seleccionando las mejores uvas en su momento óptimo de maduración. Tras una fermentación y maceración que se adecúa a cada tipo de vino, se consigue la máxima expresión de la uva donde se observa el cuidado que tanto el viticultor como el bodeguero ponen durante el proceso de elaboración de estos productos.
Tomelloso es un destino que forma parte de la Ruta del Quijote, de la Ruta Enoturística Caminos del Vino de La Mancha y escenario natural de Las Lagunas de Ruidera. Todo un arte el mundo del vino del que esta localidad se siente tremendamente orgullosa puesto que forma parte de su historia, tradición, costumbres y una ventana al mundo.