CICLO DE DEBATES
LA SITUACIÓN DE LA CULTURA A DEBATE
Mesa Redonda: PATRIMONIO, CIUDAD E IDENTIDADES.
Presentado el acto por el Secretario tercero del Ateneo, Francisco del Barrio y moderado por la Vicepresidenta de MCyP, Alicia Torija, intervinieron:
.- Javier Alau, Arquitecto. Club de Debates Urbanos
.- Isabel Baquedano, Conservadora de Museo
.- Javier García Fernández, Catedrático de Derecho Constitucional de la UCM
.- José María Nogales Herrera, Archivero-Bibliotecario, Vicepresidente de ANABAD
.- Lauro Olmo, Profesor de la UA, Director del Master de Arqueología y Gestión del Patrimonio
.- Vicente Paton, Arquitecto, Presidente de Madrid Ciudadanía y Patrimonio.
Cada uno de los participantes intervino durante unos 12 minutos abordando las cuestiones que tenía encomendadas por la organización, a parte de lo cual, se contaba con una “fila cero” integrada por especialistas y activistas sociales que expusieron las experiencias en las que actualmente están desempeñando su actividad.
El indudable interés de unas y otras exposiciones se vio complementado por notables intervenciones del numeroso público que colmaba el patio de butacas del salón de actos.
Con este y otros actos similares la Plataforma en Defensa de la Cultura se encamina a la celebración en el primer trimestre de 2.015 de un Congreso de la Cultura, en el que todos los agentes sociales del sector cultural y, desde luego la ciudadanía pueda expresar sus opiniones y reflexiones en cuanto está aconteciendo en torno a la cultura en la coyuntura actual y poder expresar las perspectivas de futuro.
Todas las intervenciones vinieron a coincidir en la necesidad de una rigurosa reflexión y en la oportunidad de la convergencia de todos los sectores que operan en el ámbito de la cultura para sacar adelante propuestas que en un futuro próximo colmen las esperanzas de quienes ven el la cultura uno de los ejes vertebradores de la sociedad del siglo XXI.
De aquí a la celebración del Congreso cualquier persona o institución puede dirigirse a la Plataforma, de la que la Federación ANABAD es miembro, bien directamente, bien a través de esta Federación, según lo estime oportuno.
PRESENTACIÓN:
El Patrimonio Cultural es un conjunto de bienes de distinta índole que conforman la
memoria de un país o una comunidad que hay que proteger y conservar para la
posteridad. Todas las administraciones y todas las personas son competentes y
responsables de ello. No obstante, la gestión que se hace del mismo en los últimos
tiempos ha supuesto un retroceso grave y un menoscabo de estos deberes y derechos.
Después de 30 años de consenso político en lo que se refiere al panorama legislativo,
y de trabajo profesional y social para conservar, fomentar, incrementar y divulgar nuestro
Patrimonio, nos encontramos en la actualidad con gobiernos y administraciones que
utilizan la Cultura, y el Patrimonio dentro de ella, de manera especulativa y nefasta para el
interés general, de modo que en lugar de construir se desanda lo realizado con tanto
esfuerzo.
Aquí se puede descargar este Tríptico 1 Aquí se puede descargar este Tríptico 2
No existe interés alguno en incluir en los planes educativos de los ciclos iniciales
información y formación sobre estos bienes. Algunas de las nuevas legislaciones tienden
a favorecer un patrimonio que más tiene que ver con la gestión inmobiliaria o el interés de
unos pocos que con la Cultura de Todos. La mayoría de las leyes existentes no dan el
espacio que se merece a la difusión y puesta en valor de los bienes patrimoniales.
Colaboran:Las normativas internacionales (Faro, Valletta, Nara… o declaraciones como la de
Lisboa) sobre el tema, y que aluden a cuestiones como la arqueología preventiva, el
impacto ambiental, el papel de los museos en la actualidad, o la democratización y valor
social del Patrimonio, han sido ignoradas en nuestros nuevos textos jurídicos o en
algunos casos ni tan siquiera han sido ratificadas por el Estado.
Cuando hablamos de patrimonio nos referimos a un amplio espectro que va desde los
elementos artísticos al ecosistema de las ruinas arrumbadas en algún pedregal, al pecio
submarino, de la fiesta centenaria al búnker de la guerra, de la arquitectura
contemporánea al legajo firmado por algún rey… Resulta difícil levantar el vuelo sin tener
raíces.
La concienciación social resulta insuficiente, y la falta de voluntad política para valorar
y proteger el patrimonio nos enfrenta a una realidad problemática para el futuro de
nuestros preciados bienes. El sector se encuentra en una encrucijada entre unos
presupuestos públicos recortados, proyectos paralizados, y la falta de una ley de
mecenazgo que potencie inversiones racionales y sostenibles que ayuden a cubrir las
necesidades actuales y garantizar las necesidades futuras.
El progreso y la conservación del Patrimonio no sólo no son antagónicos, sino que
además son perfectamente compatibles si encuentran el equilibrio y, además, el
Patrimonio puede ejercer como un potente dinamizador de la exclusión social, de mejora
de yacimientos de empleo, de igualdad en políticas de género, y de ciudades más
habitables. El Patrimonio histórico y cultural no puede regenerarse, su pérdida resulta
irrecuperable, y su naturaleza no puede ser replicada. Conforma por tanto un elemento
clave para la libertad y el bienestar de la sociedad.
Dentro del ciclo de debates La Situación de la Cultura a debate, que estamos
realizando como preparación al Congreso que celebraremos en 2015, nos proponemos en
esta sesión evaluar la situación del Patrimonio, de sus infraestructuras, de su normativa o
de sus profesionales y, sobre todo, intentar, desde el debate sosegado, poner sobre la
mesa aquellas líneas maestras que puedan constituir puntos de partida hacia una mejor
gestión del Patrimonio de todos. El ladrillo y su burbuja se llevaron por delante en aras de
la modernización (y de la especulación) una parte de nuestro patrimonio; ahora la crisis
económica nos deja un patrimonio cada vez más menguado y en un estado de
conservación precario. El informe Auken aprobado por el Parlamento Europeo considera que el modelo
urbanístico español es “un modelo expoliador de los bienes culturales que destruye
valores y señas de identidad fundamentales de la diversidad cultural española,
destruyendo yacimientos arqueológicos, edificios y lugares de interés cultural, así como
su entorno natural y paisajístico”.
La crisis no puede permitir reorganizar las prioridades. Por desgracia estas prioridades
suelen ser la disminución de recursos y la ubicua “austeridad”. Por más que algunos
políticos nos intenten convencer de que sus objetivos son aligerar, dinamizar… con
demasiada frecuencia vemos cómo roban y malvenden el Patrimonio de todos para
ponerlo en manos de unos pocos que tan solo albergan intereses espurios.
Ni políticos ni gestores deben, ni pueden, obviar su responsabilidad social en la
protección del pasado común y la identidad propia de la ciudadanía. Sus competencias en
ese sentido son amplias y se encuentran bien contempladas en el ordenamiento jurídico.
Tan sólo con la cooperación entre administraciones y con el compromiso político más allá
de los réditos electorales pueden alcanzarse resultados óptimos y beneficios permanentes
y sostenibles para todos los habitantes de un lugar llamado mundo.
Por tanto, en los tiempos convulsos que vivimos, parece irrenunciable generar un
consenso que busque oportunidades para defender, incentivar y dar respuestas a un
sector que podría ser estratégico en el futuro desarrollo del País. Requerimos de un
profundo cambio de mentalidad en donde no quepa la confusión entre lo público y lo
estatal. En palabras de Ruiz Gil (2013): “Sólo la reflexión, la investigación, la mesura, y la
participación ciudadana (social) pueden hacer un sector sólido en materia de patrimonio
cultural. Y el poder público democrático ha de estar justamente para conseguir, mediante
el Derecho, un justo y equilibrado reparto de cargas y beneficios.”
Tenemos en el Patrimonio a un potente dinamizador con una dimensión global que
debe ser capaz de aglutinar los diferentes intereses: educación, cultura, sociedad,
economía, turismo responsable, memoria, identidad. Y sin embargo hay museos cerrados
o en números rojos, archivos desmantelados, bibliotecas desactualizadas, monumentos
desprotegidos, ruinas desmanteladas, conjuntos históricos mercantilizados, memoria
desoída…
¿Existe un futuro para el Patrimonio después de esta crisis?
¿Acaso se pretende convertir la crisis económica y política en crisis cultural?
¿Cuál es el papel del patrimonio cultural en tiempos de crisis
?