Las bibliotecas son lugares de inspiración, escape y refugio para muchos. A medida que salimos de una pandemia, las bibliotecas de todo el mundo se esfuerzan por encontrar una manera de innovar y servir al usuario de hoy en día.
Al igual que la mayoría de las empresas, las bibliotecas han tenido que evolucionar y adaptarse al entorno cambiante. Esto, a su vez, ha provocado la innovación en el sector de las bibliotecas. Como resultado, han surgido nuevas tendencias, y las perspectivas para las bibliotecas dispuestas a aceptar el cambio son prometedoras y emocionantes.
Tras haber explorado las numerosas formas en que las bibliotecas han pivotado durante la pandemia, se analizan más de cerca las cinco tendencias que están dando forma al futuro de nuestras bibliotecas.
- Sostenibilidad
Con acontecimientos mundiales como la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que han puesto de relieve la sostenibilidad, los usuarios esperan que sus bibliotecas estén a la vanguardia del cambio medioambiental positivo introduciendo prácticas más sostenibles en su cultura cotidiana. Muchas bibliotecas de los Estados Unidos ya están tomando medidas para reducir su huella de carbono, como la reducción de su consumo anual de electricidad y la adquisición de equipos de proveedores aprobados éticamente.
Dispositivos como las herramientas de control de la ocupación pueden utilizarse para identificar las zonas de una biblioteca que suelen estar desocupadas y que, por tanto, no necesitan estar totalmente iluminadas durante todas las horas del día. El Centro Estudiantil Jean Anderson Morgan, en el este de Georgia, por ejemplo, ha conseguido mejoras significativas en la reducción de su uso de energía en los últimos años mediante la instalación de sensores de ocupación en todas sus salas de estudio de la biblioteca; los costes de las bombillas han disminuido significativamente, y se necesitan menos sustituciones en las zonas de baja ocupación.
La instalación de equipos automatizados que funcionan con un mínimo de energía eléctrica es otra forma de que las bibliotecas funcionen de forma más sostenible sin comprometer la experiencia de los usuarios. Las sofisticadas máquinas de autoservicio pueden simplificar el proceso de préstamo y devolución de artículos sin provocar un aumento drástico de la factura de electricidad de la biblioteca.
2) Espacios sociales y de co-working flexibles
Desde la primera aparición de los cierres en todo el estado en marzo de 2020, la gente ha estado más ansiosa que nunca por volver a conectarse con los miembros de su comunidad local y participar en la interacción social regular. Durante la pandemia, muchas bibliotecas se vieron obligadas a cerrar para cumplir con la normativa gubernamental. Las que permanecieron abiertas introdujeron varias medidas para acomodar el distanciamiento social, como paredes divisorias y quioscos de autoservicio.
Irónicamente, esto se ha convertido en una forma de que las bibliotecas incorporen más espacios abiertos en sus instalaciones, animando a los usuarios a ver su biblioteca local como algo más que un simple centro de información. Con una encuesta reciente que predice un aumento del 87% en el número de estadounidenses que trabajan a distancia para 2025, lo que equivale a unos 36,2 millones de trabajadores, la atención se ha centrado en las bibliotecas como espacios ideales para el trabajo en común. Para quienes trabajan a distancia, la biblioteca ofrece acceso a una amplia gama de recursos físicos y digitales, que pueden utilizarse mientras se interactúa con otros usuarios. La West Kendall Regional Library de Miami, por ejemplo, ha introducido su propio «YOUmake Miami Space», en el que los visitantes son bienvenidos a trabajar y colaborar con otros en un único espacio compartido con una cocina y otros servicios útiles.
Dado que los estudiantes y los trabajadores se convierten en visitantes habituales, es probable que aumente la demanda de que las bibliotecas se conviertan en lugares donde los usuarios puedan reunirse para compartir intereses comunes en un entorno productivo.
3) Presencia en las redes sociales
A medida que más usuarios acceden a la información a través de sus dispositivos móviles, ya que se estima que el 83% de la población navega regularmente por la web a través de un teléfono inteligente, las bibliotecas tendrán que destinar más recursos a desarrollar una fuerte presencia en línea. Numerosas bibliotecas de Estados Unidos ya han comenzado a integrar la tecnología móvil en sus procesos de préstamo y devolución, ofreciendo a los usuarios la posibilidad de realizar un seguimiento de sus préstamos a través de una aplicación.
La interacción con los usuarios a través de las redes sociales es una tendencia que evoluciona rápidamente y que atrae a un grupo demográfico mucho más amplio, ya que se prevé que los usuarios de dispositivos móviles aumenten a más de 287 millones en los próximos dos años. Ya sea publicando vídeos explicativos sobre cómo renovar un artículo o anunciando un próximo evento, siempre merece la pena utilizar las redes sociales para relacionarse con los usuarios nuevos y los ya existentes.
4) Presupuestos inteligentes
Debido al aumento de los costes de mantenimiento y energía, muchas bibliotecas se han visto obligadas a adoptar un enfoque más estricto en su presupuesto anual. Aunque no es lo ideal, esto ha llevado a las bibliotecas a introducir soluciones más innovadoras y que ahorran tiempo para mantener una experiencia positiva para el usuario. Los quioscos de autoservicio y los dispositivos de retención, por ejemplo, permiten a los usuarios utilizar su biblioteca local en horas intempestivas sin necesidad de emplear personal adicional.
Los costes totales de personal pueden reducirse drásticamente sin comprometer la experiencia del usuario; mientras que las nuevas tecnologías permiten a los usuarios prestar y devolver artículos sin restricciones, el personal de la biblioteca puede reorientar su atención hacia la interacción con los usuarios. Como se ha comentado anteriormente, los dispositivos de control de la ocupación también permiten reducir las facturas de energía, lo que ayuda a las bibliotecas a centrar sus fondos en las mejoras estructurales y el rejuvenecimiento de las existencias.
Dado el creciente nivel de concienciación medioambiental entre los usuarios de las bibliotecas, es probable que cualquier medida presupuestaria adoptada para promover la sostenibilidad sea bien recibida por los usuarios de las bibliotecas.
5) Soluciones impulsadas por la tecnología
Dado que el siglo XXI se considera la «cuarta revolución industrial», los rápidos cambios en la tecnología y la evolución de programas como la IA y la maquinaria automatizada probablemente cambien la forma en que las bibliotecas prestan determinados servicios.
Como instituciones educativas, las bibliotecas están diseñadas para ayudar a los usuarios a ampliar sus conocimientos y compartirlos con otros miembros de la comunidad. Los nuevos avances tecnológicos pueden contribuir a simplificar aún más este proceso. La inteligencia artificial (IA) puede incorporar ahora el reconocimiento facial en su software, por ejemplo, permitiendo a los sistemas bibliotecarios identificar a las personas utilizando una base de datos de miles de imágenes faciales. Es probable que este tipo de tecnología llegue a las bibliotecas en un futuro próximo, y que las entradas registren a los usuarios sin necesidad de escanear manualmente el carné de la biblioteca.
Dado que la mayoría de las bibliotecas ya confían en los equipos de autoservicio para mejorar la experiencia de los usuarios, no es descabellado sugerir que la inteligencia artificial puede desempeñar un papel más importante en las tecnologías bibliotecarias a medida que se vuelve más sofisticada.
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FUENTE: Julio Alonso Arévalo