La recuperación de la memoria: dialogando con
restauradores de obra gráfica
“Reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía”
Efectivamente el epígrafe de inicio no es más que una de las acepciones que el Diccionario de la Real Academia Española ofrece para la forma verbal “restaurar”, considerando la misma fuente como “restaurador” a la “…persona que tiene por oficiorestaurar pinturas, estatuas, porcelanas y otros objetos artísticos o valiosos…”. Los restauradores,por tanto, son profesionales que intervienen de una manera mínima en las obras -los documentos estaríanenglobados entre esos “…objetos valiosos…” presentes en la definición-, tras la pertinente valoración ysiempre sólo cuando éstas lo requieren, con la finalidad de devolverles su esplendor o simplemente su posibilidad de uso, ejerciendo siempre un exquisito respeto sobre el original con el que trabajan.
A estos profesionales, que trabajan codo con codo con los archiveros –aunque menos de lo que muchosdesearíamos y nunca por culpa de ninguna de las dos partes implicadas-, estará dedicada la nueva sección de “El archivo: la gestión de la memoria”. A partir del día 16 de septiembre, y bajo el título genérico“La recuperación de la memoria”, dialogaremos, compartiremos y aprenderemos con las reflexiones de diversos restauradores de obra gráfica –esos grandes desconocidos frente a la vistosa y divulgadarestauración pictórica-, utilizando la entrevista como medio de establecer la comunicación.
A través del trabajo de los restauradores este tipo de patologías puede ser tratada para facilitar la apreciación, uso y comprensión del documento – [Imágenes © El Museo Canario] |
A través de una serie de preguntas fijas a las que contestarán todos los participantes y algunas específicas para cada caso, conoceremos sus orígenes, sus retos, sus proyectos, su formación, su trayectoria… en fin, nos aproximaremos a unos profesionales cuyo trabajo debería ser, sin duda, mejor valorado. Haciéndolo visible esperamos contribuir a que se reconozca por parte de las instancias que han de hacerlo, que en cada archivo, en cada biblioteca y en cada centro de documentación, junto al archivero y al bibliotecario, es necesaria la figura del conservador-restaurador, profesional cuya titulación –ya sea proporcionada en las Escuelas o en las Facultades- le confiere la capacitación, conocimientos y habilidades adecuadas para poner a salvo nuestro frágil patrimonio documental.
Cuando en el mes de julio comencé a ponerme en contacto con los restauradores, teniendo en cuenta que a algunos sólo los conocía virtualmente y a otros ni tan siquiera de esa forma, nunca pensé que tendría una respuesta tan generosa y entusiasta por parte de éstos. Ha sido –y continúa siendo- una experiencia nueva y muy gratificante para mí, ante todo por lo que me enseñan, no sólo como profesionales, sino también a nivel humano. Desde aquí quiero dar las gracias a todos los que ya han participado y a los que participarán, porque sin ellos esta sección quedaría vacía de contenido. Para mi ha sido un honor contar con todos ellos y, desde luego, es una gran motivo de alegría saber que en nuestro país tenemos tan buenos restauradores de obra gráfica.
FUENTE: El archivo: la gestión de la memoria