El archivo: la gestión de la memoria
En el archivo está la vida
Hace pocos meses desde la Asociación de Amigos del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara, con motivo del traslado de la institución archivística a una nueva sede y como despedida al edificio que hasta el momento había albergado sus dependencias -el Palacio del Infantado-, se propuso a todos los interesados enviar una definición de “archivo”, cuyo resultado fue plasmado en un magnífico video que, bajo el título de “Significado de archivo”, trataba de presentar la concepción que cada uno tenía del archivo:
A través de esta bonita, original y enriquecedora iniciativa -por la que felicitamos a laAsociación de Amigos del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara– no sólo se nos hizo reflexionar -convirtiéndose una vez más las redes sociales en hilos a través de los que discrurre el pensamiento y el conocimiento-, sino que se pudo comprobar el elevado grado de implicación de los archiveros y amantes de la archivística, hecho que, sin duda, es importante para alcanzar la visibilidad de la profesión: nuestra propia implicación y defensa de la actividad a la que nos dedicamos. Hubo todo tipo de respuestas, desde las más clásicas y ortodoxas hasta las más innovadoras y personales. Mi aportación fue muy simple:
Afirmar que en el archivo está la vida o, más metafóricamente, que el archivo es la vida, puede resultar pretencioso. Pero…¿qué es un registro de nacimientos o uno de defunciones? Simplemente el principio y el final de la vida o al menos un reflejo de estos dos momentos vitales. ¿Qué es un expediente matrimonial sino un cambio en el estado civil y, por tanto, una transformación vital? ¿Qué es un expediente escolar sino el reflejo de los actos realizados durante una larga etapa de nuestras vidas? Un expediente personal ¿no es acaso la evidencia de la vida laboral de un individuo? ¿Qué es el acta de fundación de una institución? Una evidencia documental de un tratado internacional ¿no es acaso un episodio en la “vida” de un país?
Sí. Los actos, movimientos, sentires, pesares, cambios, etc., de cada persona, de cada colectivo, de cada institución, están contenidos en el archivo y éste se convierte -o puede… o mejor debe convertirse- en el reflejo de la propia vida o trayectoria descrita por aquéllos. El soporte sobre el que esté registrada esa línea vital no es lo más importante. Un documento textual o electrónico, un registro sonoro o audiovisual, una imagen fotográfica, un dibujo…puede ser el espacio idóneo donde quede recogida, entre otras muchas cosas, una inaguración, una experiencia, una reunión, un apunte literario, un proyecto, una foto de familia o un acto festivo.
Registrar, clasificar, ordenar y describir cada uno de esos actos es un proceso necesario porque, entre otras cosas, la memoria del ser humano es muy frágil, debiendo éste recurrir, para evocar su propia vida, a los “recuerdos” que se guardan en los archivos, ya sean éstos personales o institucionales, pudiéndose recontruir esas existencias vitales combinando las memorias registradas en ambos tipos de archivos.
Y es que, además, en muchas ocasiones la memoria de las personas es tan frágil que simplemente puede no existir ¿Qué sería de todos esos hombres y mujeres que buscan a sus padres biológicos sin la ayuda de los archivos? En su recuerdo no hay datos, pero en la memoria archivística sí puede haberlos, y desde ahí surge una posiblidad -muchas veces la única- para reconstruir su propia historia vital. Es lo que ha sucedido en Argentina donde unos libros de guardia del Hospital Militar de Salta en los que se anotaban los nacimientos -que se salvaron de la destrucción gracias al celo de un militar que desobedeció las órdenes de su superior-, se pueden convertir en la memoria de muchas personas nacidas entre 1975 y 1990, contribuyendo a rehacer parte de su historia. Del mismo modo, en España elacceso a la información contenida en los archivos eclesiásticos, hospitalarios y públicos permitiría evocar la memoria de todos aquellos niños a los que se arrebató parte de su historia, y por tanto, parte de su vida. Porque en el archivo habita la memoria, pero también reside la vida.