LA HORA DE LA RESTITUCIÓN
El British estudia por primera vez el origen de su colección mientras Francia y Holanda empiezan a devolver piezas a sus países de origen
El Museo Británico, herencia en buena parte del colonialismo, ha decidido por fin enfrentarse a su historia. Para realizar el ejercicio de revisionismo, ha contratado a una comisaria responsable de analizar su colección y estudiar los orígenes de todos aquellos objetos polémicos, reclamados por otros países o vinculados a prácticas como la esclavitud.
La tarea de Isabel MacDonald es titánica, porque en sus 267 años de existencia el British ha acumulado más de ocho millones de piezas, la inmensa mayoría de las cuales ni siquiera están a la vista del público en las salas (ahora cerradas por la pandemia) del museo, sino que acumulan polvo en galerías subterráneas que parecen un laberinto.
Litigios históricos
Entre las joyas reclamadas al British figuran la piedra Rosetta y los Mármoles del Partenón
Entre las joyas que le reclaman figuran la piedra Rosetta, los Mármoles del Partenón, que Grecia pide desde el siglo XIX, y objetos de arte adquiridos durante las intervenciones militares en África (Ghana, Benín, Nigeria, Etiopía, Maqdala, el reino Asante…). También existen dudas sobre la legitimidad de que la institución sea la dueña de tesoros imperiales chinos capturados en Pekín en 1860, de una gran escultura Moai de la Isla de Pascua, y de otros arrebatados a las poblaciones indígenas de Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda durante la época de la expansión colonial.
“El principal objetivo es analizar la historia y ponerla en contexto –dice MacDonald–. El British es en realidad una colección de colecciones, ya que pocos objetos los ha comprado directamente, la mayoría son donaciones”. La semana pasada, el museo fue criticado como “algo mucho peor que los nazis” durante un debate en la Universidad de Cambridge sobre el legado de Churchill, en cuyo transcurso se calificó al ex primer ministro de “supremacista blanco”.
Francia y Holanda abren la caja de los truenos
¿Qué pasará con los grandes museos europeos si comienzan a devolver el arte saqueado en el pasado? Las reclamaciones no dejan de crecer en los últimos años y cada país se enfrenta de una manera diferente al espinoso asunto. Porque no es lo mismo el robo o el tráfico de arte que el saqueo colonial o las compras dudosas realizadas a lo largo de los siglos. El Senado francés abrió a finales de año la caja de Pandora con la restitución de 27 piezas a Benín y Senegal. Es parte del compromiso de Macron de restituir, de forma “temporal o permanente”, el patrimonio africano que permanece en el país. Pero lo cierto es que solo en el museo del Quai Branly-Jacques Chirac alberga 70.000 objetos del África Subsahariana. De momento, ya han levantado la mano Etiopía, que reclama la restitución de 3.081 objetos y el Chad, que ha presentado una lista de 10.000.