El Día Mundial del Circo se celebra anualmente el tercer sábado de abril. Este año, debido a la crisis que estamos viviendo, la Federación Mundial del Circo (FMC) ha pospuesto esta celebración para el otoño. Desde el Apccv queremos REIVINDICAR LA CELEBRACIÓN DEL DÍA MUNDIAL DEL CIRCO el 18 de abril de 2020; os invitamos a hacer una reflexión y apoyar el circo compartiendo el manifiesto redactado por nuestra compañera y artista de circo Julia Martínez.
EL ENTUSIASMO
“El mañana es nuestro, compañeros” decía una Rosana Pastor vestida de miliciana en el entierro de sus compañeros caídos en la película “Tierra y Libertad” de Ken Loach. Unos pasos vacilantes recuerdan la muerte de Federico García Lorca en el Teatro Real de Madrid en el mismo instante en que Pina Bausch decide irrumpir de manera inesperada en el escenario del viejo cine Wuppertal de Berlín ya convertido en teatro. “Lo que me interesa no es cómo se mueve la gente sino que se mueva”, nos dice a través de su cuerpo delgado y pequeño mientras suenan las primeras notas de un contrabajo. Volteamos la cabeza y allí están Javier Colina y Silvia Pérez Cruz interpretando “En la imaginación”. No podía resultar más apropiado. “Del imaginario a lo invisible sólo hay un paso a través del espejo” dicen Victoria Chaplin y Jean Baptiste Thiers mientras dan vueltas alrededor de la pista de circo encaramats a una bicicleta imposible armada con un millón de ruedas. Todavía quedan restos de pintura en la lona de la carpa y en las paredes de la casa azul de Frida Kahlo en Ciudad de México. El olor de alcohol rancio de una botella de tequila vacía en honor a Chavela nos sorprende nostálgicamente con la novela de Pedro Lemebel entre las manos.
Se imaginan cómo sería la vida sin arte?
Se trata, dicen, de una experiencia fundamentalmente comunicativa que nos permite expresar nuestras ideas y emociones e incluso nuestra propia visión del mundo. Y quizás no sabían que la comunicación es la única tarea que no podemos delegar. Su rasgo de indispensabilidad la convierte en una necesidad básica para todos los seres humanos. Por lo tanto, si el arte es comunicación, el arte se vuelve también, imprescindible.
La pandemia social arraigada en nuestro país desde el año 36, mucho más difícil de erradicar que el Covidien-19 y mucho más nociva y mortal, se empeña en referirse a nosotros de manera despectiva como “titiriteros”. Y creen, pobres. que así nos ofenden. Se viste de desprecio la ignorancia, Decía Antonio Machado. Estamos más que orgullosas de formar parte del gremio de titiriteros. El por qué la institución vigente dé la razón a estos señores de dudosa reputación haciendo de nuestra precariedad laboral una norma, sigue siendo un misterio. Señores diputados, se olvidaron que nosotros hicimos nacer en la precariedad. Antes de que ustedes llegaron y se acomodaron en sus butacas, conquistàvem las calles, abarrotàvem las plazas y corríamos ante la policía para que no nos requisará el material. Ustedes siempre jugando con la duda, siempre jugando con nuestro entusiasmo.
Dice Remedios Zafra: Ante la precariedad la única respuesta posible parece ser la vocación himpertérrita y la hipermotivación. Pero ese entusiasmo voluntarista acaba siéndo instrumentalizado por el sistema y el resultado se la inestabilidad permanente (…) y una inquietante incerteza sobre el futuro. Cuánta razón. Y es que el entusiasmo, Señor Ministro, no mata el hambre.
Cuando es la vida la que está en riesgo, todo lo demás pierde sentido. Cuando la prioridad es sobrevivir, nuestras problemáticas diarias, producto de la rutina más estrecha pasan inmediatamente a un segundo e incluso un tercer plano. Cuando el arte es tu forma de vida, la suerte de la posibilidad de un subsidio es, ni más ni menos, una injusticia y terrible condena al paredón de los fusilados.
Por supuesto que estamos dispuestas a sacrificarnos. Siempre lo hemos sido y siempre lo hemos hecho. Por nuestro arte, por nuestro entusiasmo. Estamos dispuestas a sacrificarnos igual como lo haría el Banco Central Europeo, los fondos “buitre” o los presupuestos anuales dedicados a infraestructuras, servicios o turismo. Dice el refrán que se puede decir más alto pero no más claro. Qué sería de nosotros si además de no poder ejercer nuestro trabajo suspendieran los presupuestos destinados a cultura imponiendo una política estatal de no intervención? Con esta perspectiva no tan distópica “1984” de George Orwell acabará ocupando la estantería de alguna biblioteca infantil.
Señores políticos, la vida de un pueblo se mide por su capacidad de crear y producir cultura.
Quizás entienden ustedes la cultura como un simple pasatiempo? Si su respuesta es sí, entonces es que no hemos aprendido a comunicarnos, y el arte como tarea se vuelve más urgente todavía.
Este escrito con vocación de alegato, es ante todo un canto a la libertad. Cuando las crisis golpean, los autoritarismos y las injusticias esperan latentes en el borde, para atacar. El filósofo catalán Josep Ramoneda advertía en una entrevista para eldiario.es : “La historia demuestra que sabemos cuando empiezan las restricciones de libertades pero no cuando terminan”. El miedo permite que las personas aceptamos cosas que no hubiéramos aceptado, producto de una situación excepcional que bajo ningún concepto debe ser aceptada como normalidad. Cosas, como permitir que agonitze el arte y nuestra cultura.
Nosotros, titiriteros, circenses, trabajadoras del arte tenemos el deseo de reafirmarnos como personas sin miedo. Continuaremos luchando, germinando ideas sobre nuestros propios cuerpos confinados, sin perder ese entusiasmo del que antes hemos hablado. Pero, por si acaso esta crisis vaticina el fin del mundo conocido, por favor, que no nos encuentre cantando aquello de: “Érase una vez un circo …”.
Julia Martínez, Cía Arritmados
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FUENTE: http://apccv.org/blog/2020/reivindiquem-el-dia-mundial-del-circ-2020/