Rafael Doctor: “La cultura en nuestro país para el poder juega un papel prescindible”

Rafael Doctor: “La cultura en nuestro país para el poder juega un papel prescindible”

“¿Esta crisis va a cambiar el sistema? No, desgraciadamente no; por lo tanto los privilegiados, y aquí no solo incluyo a los económicamente ricos sino a todos aquellos instalados en el poder, seguirán siendo los baluartes de todo el tinglado”.

“Estoy convencido que es el momento en el que se crearán nuevos subterfugios, nuevos espacios paralelos capaces de ofrecer por sí mismos una alternativa a lo unívoco oficialista”.

ARTEINFORMADO
Cortesía de Rafael Doctor
Cortesía de Rafael Doctor

Dentro del proyecto informativo colaborativo de reflexión sobre el futuro del arte y nuestra sociedad (#pensandoelfuturo / #pensandonofuturo), nacido en plena lucha contra la crisis del coronavirus, presentamos esta nueva entrevista con Rafael Doctor, comisario independiente, editor, coleccionista, activista y animalista (no necesariamente por ese orden), y que, como el resto publicadas y/o por publicar, ARTEINFORMADO ofrece en abierto para que sigamos “todxs en casa pero todxs bien informadxs”:

 

ARTEINFORMADO (AI): En estos momentos de incertidumbre, ¿qué mensaje de ánimo y de confianza le gustaría trasladar a todos los operadores y actores del mundo del arte?

Rafael Doctor (RD): Lo único esperanzador de lo que tenemos encima es que es una oportunidad única para avanzar, para cambiar profundamente y mejorar. Esta adversidad nos pone el reto maravilloso de dar un paso adelante y superar cosas que dábamos como sólidas y que ahora se han desvanecido. Es como si al mundo le hubiesen echado las cartas del tarot y le hubiese salido la torre. Nos ha caído un rayo inesperado y muchas cosas estaban mal situadas y se derrumban lógicamente. Lo que era sólido ya es arena,  hemos perdido el equilibrio. Estamos en el suelo y tenemos dos opciones: sucumbir regodeándonos en lo que hemos perdido o levantarnos y empezar a contemplar las ruinas y pensar que es lo que mejor podemos aprovechar de ellas para que nuestra próxima construcción sea sólida y lógicamente actuar en consecuencia.

AI¿Cómo cree que va a cambiar el sistema del arte, en general, y el trabajo de curadoría, en particular, a partir de ahora, en lo referente a conceptualización de proyectos, relaciones con otros profesionales y/o organizaciones y estrategia de comunicación? ¿Toca reinventarse?

RD: Hablar en general es algo muy difícil pues no va a ser igual para mundos que giran en torno a grandes museos consolidados como un Prado o un Reina Sofía, que para los proyectos nuevos o con una vida más corta, ya sean estos históricos o plenamente contemporáneos. Lo común para todos cuando acabe esto es que los recortes una vez más empezarán a cebarse en nuestro sector. Si hace diez años fue durísimo ahora va a ser aún peor. La cultura en nuestro país para el poder juega un papel prescindible y, desgraciadamente, sigue siendo más un arma electoralista y de generación de ocio que una necesidad inherente a nuestro sistema social. Y es que no existe política cultural o algo que se le asemeje. A nivel de personas, para la gente que es funcionaria no va a cambiar nada. Posiblemente les reducirán el sueldo un pequeño tanto por ciento y algunos se atreverán a poner el grito en el cielo, como hicieron en la crisis económica anterior. Los museos van a tener, sin duda, un recorte gigante en actividad y eso va a provocar que sus proyectos sean más baratos y que además no recurran a otros agentes independientes para su comisariado o gestión. Por tanto, una vez más, los que tenemos un horizonte más oscuro somos los que trabajamos como autónomos moviendo proyectos de aquí para allá. Es un país donde solo duermen tranquilos los funcionarios y en el que cuando hay terremotos cómo este, blinda al máximo sus herramientas y se olvida del resto para los que, una vez más, no existiremos.

A otro nivel, desgraciadamente no creo que cambien mucho las cosas. El mundo del arte contemporáneo, tal y como se estructura a través de sus museos, ferias, agentes, etc… es un pilar absolutamente sólido del sistema neoliberal atroz en el que estamos instalados permanentemente. ¿Esta crisis va a cambiar el sistema? No, desgraciadamente no; por lo tanto los privilegiados, y aquí no solo incluyo a los económicamente ricos sino a todos aquellos instalados en el poder, seguirán siendo los baluartes de todo el tinglado. Es curioso pues algunos conceptualmente se sitúan como luchando desde dentro contra esta base cuando son los máximos privilegiados y el efecto que consiguen es absolutamente el contrario. Es la gran inmoralidad de este sistema capaz de fagocitar todo cambio que se ejecute en su interior y convertir una buena intención en una perversión más en esa única causa que no es otra que la sostenibilidad de un mundo basado en la injusticia social. Sin embargo, frente a la banalidad incrustada en las formas y discursos predominantes y la incongruencia de los discursos políticos ejecutados desde el propio poder solidificado, una vez más aparecen los márgenes, pero aún más la disidencia, como las opciones desde donde pensar, crear y actuar. Estoy convencido que es el momento en el que se crearán nuevos subterfugios, nuevos espacios paralelos capaces de ofrecer por sí mismos una alternativa a lo unívoco oficialista. De nuevo serán atacados o ignorados, pero será ahí el lugar donde puedan brotar las pocas semillas que puedan estallar hacia un futuro posible. Habrá que, una vez más, sortear la precariedad a base de ilusión e utopía e inventar nuevas fórmulas coherentes con el tiempo y nuevas estrategias de comunicación directas y en clara comunicación con una sociedad que entienda que la creación, la creación cultural y artística, es su gran privilegio desde donde nutrirse y crecer.

Lógicamente hay que reinventarse pero esa reinvención va a chocar con un mundo que va a luchar por mantener sus estructuras antiguas, estructuras y formas que ya han demostrado no servir de una manera clara a la sociedad. Los poderosos y los privilegiados tendrán siempre el objetivo de mantener su estatus y eso no va a cambiar.

AI: ¿Piensa ahora que debería acometer una nueva fase online para visibilizar y difundir más y mejor tus proyectos? Si, es así, ¿qué medidas baraja implementar de cara al futuro en su nueva estrategia digital y que no venía ejecutando?  

RD: La fase online tanto de creación como de difusión ya está más que consolidada en este mundo. Si antes conocíamos el pensamiento y el arte a través de los libros, ahora lo conocemos a través de internet y eso seguirá creciendo y ofreciendo nuevas estrategias a través de nuevas fórmulas. Lo real actual es una mezcla entre lo tangible y lo digital, entre lo sensorial analógico y lo representado a través de los medios digitales. Ese camino no dejará de crecer aunque ofrezca demasiadas trampas. Lo importante no será esta estructura sino los objetivos que a través de ellas se planteen. Si no somos capaces de repensar los objetivos, de plantear nuevos retos e instalarnos en la utopía, todo seguirá siendo lo mismo pero con un esqueleto diferente.

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