Entrevista a Javier Sábada: “La opacidad ha sido siempre el gran mal del Estado”.

El Mundo. 3/07/2013. (Daniel Moltó. Alicante).

  Javier Sábada: ‘La opacidad ha sido siempre el gran mal del Estado’

  • Participa en el curso ‘Archivos, miradas plurales’, de la Universidad de Alicante (Aquí se puede ver información sobre el Curso)

  • Considera fundamental el estudio de la historia del pensamiento

  • El filósofo vizcaíno Javier Sádaba es un apasionado de la investigación sobre el legado de los grandes pensadores de la Historia y no pierde la ocasión para reivindicar la importancia de ese conocimiento, no sólo para los eruditos, sino para la sociedad en general. En esta línea, participará en el curso de verano “Archivos, miradas plurales”, que organiza a partir del 11 de julio la Universidad de Alicante y en el que también estarán presentes la escritora Ángeles Caso e Ismael Didadié, encargado de custodiar la Biblioteca Andalusí de Tumbuctú.

    Javier Sábada, catedrático de Ética y Filosofía de la Religión en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona, reivindica la necesidad de dar a los archivos la importancia que se merecen, pues son los garantes de nuestra memoria y de nuestra Historia, de quienes somos en realidad.

     

    Pregunta – ¿En qué puede ayudar a la sociedad conocer sus archivos?

     

    Los archivos históricos o del pensamiento son importantes porque nos permiten valorar lo que ha sucedido hasta el momento. En último término, la Historia comienza cuando empezamos a tener testimonios de ella, todo lo demás son especulaciones. Y las sociedades se deben a aquello que ha acontecido a sus espaldas. Por ese motivo, tener un conocimiento de esos hechos a través de los archivos es una fuente que nos ayuda a orientarnos en el presente y hacia el futuro. No importa tanto que estemos hablando de bondades o de barbaridades, conocerlas fortalecerá siempre la convivencia democrática.

    En particular, usted reivindica el “archivo del pensamiento”, en referencia a los archivos de los grandes filósofos del siglo XX…

     

    Así es. Dentro de ese marco de referencia del que estamos hablando, hay personajes que han tenido una importancia decisiva con su pensamiento. Recuperar sus palabras y su obra me parece sumamente importante. Que estos archivos puedan ser recuperados es algo meritorio y que cada vez se hace mejor, gracias en parte a los medios técnicos. En definitiva, tener presentes los testimonios de esos grandes pensadores, si uno los escoge bien, nos aporta una luz para recorrer mejor este túnel en el que vivimos.

    Supongo que aquí juegan un papel fundamental las donaciones de archivos privados…

     

    Por supuesto. Son fundamentales. En primer lugar, es necesario que las donaciones se hagan de una forma adecuada. Aquí juegan un papel crucial tanto los familiares o amigos que ejercen de albaceas como las instituciones. Yo conozco algunas de estas donaciones muy de cerca y son una verdadera delicia. Pienso, por ejemplo, en el caso de José Luis López-Aranguren, que además de maestro fue muy buen amigo. El hecho de que se hayan podido recoger todas sus cartas, sus fotografías, sus iconos, sus borradores (que también son esenciales)…todo ello, es una labor encomiable. Una vez que el estudioso puede acceder a este material, supone un placer, porque vas conociendo muchas más cosas más acerca del autor. Te permite recrearte en aquello que, posiblemente ya conocías, pero que ahora revives a través de la voz del propio filósofo. Además, todo ese estudio genera una nueva corriente de investigación y de pensamiento en torno a esa persona, que aumenta el caudal de conocimientos que su figura aporta a la sociedad.

     

    ¿Somos una sociedad preparada para apreciar ese legado? ¿No estamos un tanto adormecidos?

     

    Yo tengo la impresión, sin querer ser dogmático, de que actualmente hay bastante ceguera y bastante sordera, en ese sentido. La sociedad está absorbida por unas tecnologías que (a pesar de que me parecen al mismo tiempo excelentes) pueden sepultar otros saberes fundamentales. Por eso reivindicó el estudio de la Historia, y en concreto el estudio de la Historia de la Filosofía. Es una pena que algunas personas tengan un dominio excelente de ciertas técnicas, insisto, muy interesantes, pero que desconozcan por completo el contexto que le rodea. Un hecho interesante respecto a lo que estoy diciendo es que a las generaciones anteriores les gustaba mucho más leer historia, tenían un mayor respeto por esta materia. Ahora todo esto se pierde y se diluye en otra serie de aspectos nuevos e importantes pero que nos parcializan y nos dejan mutilados.

     

     

    No obstante, nuestra sociedad sí está interesada en obtener cada vez más información, en particular aquella a la que no podemos tener acceso. En este sentido, ¿qué opina de la Ley de Transparencia?

     

    La transparencia, -si se hace con una ley, mejor-, me parece sustancial. Uno de los grandes males del Estado es precisamente su opacidad. Y eso no debería de ser así, porque el Estado es la representación de cada uno de los individuos, de la soberanía popular en el sentido pleno de la palabra. Exigir cuentas me parece además esencial ahora, debido a todos los escándalos que se están produciendo, tanto en este país como en otros. Quizás sería una buena ocasión para echar la vista atrás y pedir transparencia respecto a todo lo que ha ocurrido en la Historia. Un personaje de Shakespeare decía que la Historia la hacen los locos y la cuentan los tontos. Bueno, pues posiblemente contra lo primero no podemos hacer nada, pero al menos, que sean unos tontos quienes nos la cuenten.

     

     

    Habla usted de escándalos y precisamente en algunos de los más recientes, los archivos, los documentos, han tenido un papel clave…

     

    Claro. Piensa en tantos casos en los que han salido a la luz y en tantos otros en los que muchos documentos se han roto o se han escondido. Esto evidencia que los documentos son testimonios, son los testigos. Al mismo tiempo, son también los garantes de los derechos de los ciudadanos.

     AQUÍ EL ARTÍCULO DE EL MUNDO.

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