Washington
El prestigioso hispanista de origen estadounidense Gabriel Jackson, quien junto a otros historiadores extranjeros de su generación, como Hugh Thomas o Herbert R. Southworth, contribuyó a una relectura rigurosa de los años de la Segunda República y la Guerra Civil, falleció el domingo a los 98 años en Ashland (Oregón), según confirmaron anoche a EL PAÍS fuentes familiares.
Nacido en 1921 en Mont Vernon, en el Estado de Nueva York, en el seno de una familia judía, Jackson se graduó en Historia y Humanidades en Harvard y en Stanford, en la universidad de California, de la que era profesor emérito. Discípulo de Jaume Vicens i Vives y del francés Pierre Vilar, dedicó buena parte de su labor investigadora a la historia de la España del siglo XX, a la que llegó por diversas vías que confluyeron en obras de referencia como La República española y la guerra civil (Crítica). La contienda española, según él mismo dijo, fue el “primer gran acontecimiento” de su conciencia política. Tenía 15 años cuando estalló la guerra. Posteriormente, viajó a México con una beca en 1942 y allí entró en contacto con exiliados republicanos que alimentaron su interés por la cultura española y el mundo hispano.
Se doctoró en la Universidad de Toulouse con una tesis sobre el regeneracionismo de Joaquín Costa, y en la ciudad francesa volvió a tener contacto con refugiados españoles. Regresó con su esposa a Estados Unidos en 1952, donde le esperaban años difíciles. Perseguido por el macartismo debido a sus ideas izquierdistas, vio cómo se le cerraban las puertas de la academia. Finalmente, logró una plaza de titular en la universidad de California y en 1965 publicó en inglés La República Española y la guerra civil. Prohibido en España, fue traducido al español dos años después en Mexico por la editorial Grijalbo.
A finales de esa misma década viajó con una beca a Barcelona, donde se le abrieron inesperadas posibilidades para la investigación. “En ese momento, las autoridades españolas querían dar la impresión de que España era totalmente libre, y me permitieron tener acceso a bibliotecas y archivos; pero no era verdad. Era mera apariencia, porque nunca pude tener acceso al Archivo Militar. Sin embargo, tuve una ventaja por extranjero, porque ese acceso no lo podía tener un investigador español. Todo era apariencia”, explicó en 2003.
Ese año ganó el 15º Premio Antonio Nebrija, concebido por la Universidad de Salamanca para distinguir y reconocer a los hispanistas que han sobresalido por su dedicación al estudio de la lengua y la cultura españolas. “El profesor Jackson ha marcado para varias generaciones de españoles el acceso al conocimiento de una etapa fundamental de nuestra reciente historia”, dijo entonces el rector de la Universidad de Salamanca, Ignacio Berdugo, presidente del jurado. En 1966, había recibido también por el mismo libro el premio Herbert Baxter Adams de la American Historical Association, que distingue a trabajos sobre historia europea publicados en inglés.
Jackson pasó 26 años en Barcelona y en 2005 obtuvo la nacionalidad española. Cinco años más tarde, regresó junto a su hija a Oregón, en el oeste de Estados Unidos, donde ha fallecido este domingo. Jackson, colaborador asiduo de EL PAÍS, fue crítico con la ley de Memoria Histórica española, pero era partidario de crear una ley de justicia, con la que se hubieran anulado los consejos de guerra del franquismo. Su último libro fue Juan Negrín. Médico, socialista y jefe del Gobierno de la II República española (Crítica, 2008), con el que defiende la figura del vilipendiado último jefe de Gobierno de la Segunda República.
Escribió también sobre la España medieval o sobre el auge del fascismo, así como una biografía novelada de Mozart (El difunto Kapellmeister Mozart). Fue un gran aficionado a la música y un talentoso intérprete de flauta.
FUENTE: https://elpais.com/cultura/2019/11/06/actualidad/1573077273_294449.html