La teoría del abandono y la memoria documental.
La archivística ha venido moldeando su perfil científico a lo largo de más de un siglo de avances en su corpus teórico, acomodándose tanto a la propia evolución de las prácticas sociales y administrativas del momento como de las innovaciones tecnológicas y técnicas de cada época, las cuales conllevaron cambios en los soportes, en las formas de registro del conocimiento, en las metodologías y en el tratamiento de los diferentes tipos de registros de la información. En esta evolución milenaria de la ciencia de los archivos, y particularmente desde el último cuarto del siglo XX hasta nuestros días, no se puede desconocer la enorme influencia que las tecnologías de la información han tenido en la metodología y la praxis archivística; y que desafortunadamente no ha sido adecuadamente entendida por la comunidad archivística,
Este descuido profesional, justificado en la necesidad de atender la organización de los archivos de entidades públicas y privadas, producto de nuevos modelos archivísticos y del desarrollo de regulaciones que habían sido recomendadas por el Consejo Internacional de Archivos y la Unesco, dejó en un segundo plano el tratamiento de los registros electrónicos (también llamados archivos legibles por máquina), lo cual conllevó a la pérdida de una buena parte de la información electrónica del siglo XX. Así mismo, durante lo corrido del siglo XXI y en buena medida gracias a la incorporación de la teoría de gestión documental surgida en los Estados Unidos, la atención de los archiveros se concentró en los documentos electrónicos y su adecuada gestión,
Por otro lado, en Iberoamérica y principalmente en España y Portugal, surgieron proyectos para implementar soluciones para la gestión de documentos electrónicos de archivo, fenómeno que, de manera paulatina, se ha venido extendiendo en casi todos los países de América Latina, generando un mercado. para la demanda de soluciones tecnológicas en esta materia. Paralelamente, los archiveros han seguido lidiando con los problemas habituales de la archivística tradicional, con predominio en el documento en papel, relacionados con la organización de fondos acumulados y de archivos administrativos (de concentración e intermedios) e históricos, la elaboración de instrumentos de control. y consulta archivística, la descripción, la administración del archivo institucional, la digitalización de documentos físicos y la conservación.
Mientras se atendían los complejos problemas de los archivos físicos y electrónicos, la sociedad comenzó a experimentar un aumento vertiginoso en el volumen de información gestionada digitalmente, producto entre otros factores, de la adopción de políticas gubernamentales en materia de administración electrónica (hoy gobierno digital) , que condujeron a un proceso de tecnologización de las organizaciones tanto del sector público como privado; este desarrollo tecnológico produjo a su vez la aparición de nuevos tipos de información, que no fueron identificados por los archiveros y cuyas características no fueron estudiadas apropiadamente; estas nuevas entidades de información comenzaron a ser gestionadas por los responsables de los sistemas de información y por las áreas de TI con métodos y principios de la informática,